Las granjas de pequeños rumiantes pueden ser lecheras, si se destinan exclusivamente a la producción de leche, de carne si su único objetivo es producir corderos y cabritos para cebo, o mixtas, si producen tanto leche como carne.
Una explotación de pequeños rumiantes se considera lechera cuando su principal interés es obtener leche de las ovejas y las cabras, que se destina a la producción de queso o al consumo de leche líquida.
En las explotaciones lecheras el objetivo es conseguir rentabilidad, es decir, la máxima producción de leche reduciendo al mínimo los costes, a la vez que se cuida la sanidad y el bienestar de los animales, y la calidad de la leche.
Los corderos y cabritos, fruto de la cubrición y el parto, que inicia la lactación, y se ceban para obtener carne, lo que supone un complemento a los ingresos de la granja.
Las principales razas de ovejas y cabras lecheras en España se clasifican según su origen:
Según el último censo de 2021, en España había registradas casi 11 millones y medio de ovejas, de las que el 21% eran ovejas de ordeño (2.269.080 hembras). Las ovejas lecheras se concentran en Castilla y León (40%), Castilla La Mancha (40%), Extremadura (6%), Navarra (5%) y el País Vasco (3%).
En cuanto a las cabras lecheras, el último censo de 2021 registró 1.219.835 cabras en ordeño. Las principales regiones en las que se agrupan son Andalucía (40%), Castilla La Mancha (15%), Extremadura (11%), Canarias (10%), Murcia (10%) y Castilla y León (6%).
Las ovejas y las cabras tienen una producción estacional de leche, en primavera y verano, deteniendo la lactación en los meses más fríos.
El 85% de las granjas lecheras de ovino se concentra en Castilla y León (57%) y Castilla La Mancha (28%). Según el sistema de declaración de entregas de leche INFOLAC, en 2021 se recogieron casi 512 millones de litros de leche de oveja y casi 470 millones de litros de leche de cabra.
Las principales regiones productoras de leche de oveja fueron Castilla y León (56%) y Castilla La Mancha (32%). Las más productoras de leche de cabra fueron Andalucía (46%), Castilla La Mancha (16%) y Murcia (11%).
Tradicionalmente, las granjas lecheras de pequeños rumiantes eran pequeñas explotaciones familiares en las que se ordeñaba a mano. La tecnificación ha permitido mejorar las instalaciones, especialmente la rutina de ordeño, para mejorar la sanidad y la eficiencia. Actualmente lo más habitual es encontrar granjas en las que el ordeño es mecánico en salas de ordeño.
El principal reto de la producción lechera de pequeños rumiantes de cara al futuro es que el precio de la leche permita mantener la rentabilidad de las granjas. Además, es preocupante la falta de relevo generacional que continúe la actividad ganadera.
Los censos de ovejas y cabras han ido en descenso en las últimas décadas, así como el número de explotaciones, pero han mejorado el nivel de tecnificación, la alimentación, el estado sanitario y la genética, por lo que se espera que el sector continúe evolucionando hacia una mayor eficiencia productiva.