El concepto One Health se refiere a un movimiento estratégico establecido por las profesiones sanitarias que velan por la salud animal, humana y medioambiental. Si bien tradicionalmente cada una ha trabajado en su ámbito de conocimiento, One Health trata de unirlas a todas bajo un objetivo común, con comunicación y colaboración constantes entre ellas.
El movimiento One Health surgió por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y posteriormente implicó a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para crear el Cuadro de Expertos de Alto Nivel para el Enfoque de «Una sola salud» (OHHLEP).
En este programa, estas organizaciones internacionales se coordinan para detectar con rapidez las enfermedades infecciosas que suponen una amenaza sanitaria, tanto a nivel local en cada país como a nivel mundial, de tal forma que todas las actividades profesionales relacionadas funcionen como si fueran una sola.
La aplicación del One health en rumiantes es una pieza clave del movimiento, ya que los rumiantes padecen enfermedades que se transmiten al ser humano (zoonosis) y suponen una fuente de epidemias graves si no se controlan.
Las zoonosis se pueden transmitir por contacto directo con los animales. Así, los más expuestos son los ganaderos, los veterinarios y los trabajadores de los mataderos. Por otra parte, hay zoonosis que se transmiten a través de los productos derivados como la carne y la leche y pueden afectar a los consumidores. Las estrictas medidas de vigilancia y control desde el origen hasta los puntos de venta y consumo garantizan al máximo la salud pública.
Algunos ejemplos de riesgos sanitarios derivados de enfermedades de los rumiantes son:
La fiebre Q es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Coxiella burnetii. Supone un riesgo para los ganaderos, los veterinarios y cualquier persona que entre en contacto con las vacas y sus fluidos infectados.
Se trata de un problema de salud pública, ya que puede provocar brotes en la población, por lo que es obligatorio aplicar programas preventivos y de vigilancia que implica varios equipos humanos: los ganaderos, los veterinarios, los médicos y las autoridades sanitarias.
Nos encontramos ante amenazas crecientes que suponen un mayor riesgo de aparición de zoonosis:
Estos peligros suponen un reto para la ganadería moderna, que tendrá que adaptarse a las nuevas condiciones insistiendo en las medidas de bioseguridad, vigilancia, y bienestar animal bajo la perspectiva One Health, en la que cooperan los agentes dedicados a la salud animal y humana, la seguridad alimentaria, el medio ambiente, y la economía.