En el artículo “La gestación de la vaca es el motor de la explotación”, vimos que el ciclo de la vaca dura 21 días, tras los cuales entra en celo y, si se logra detectar en el momento adecuado, se insemina con más garantías de éxito. En este artículo vamos a centrarnos en qué parámetros valorar para ver si nuestra explotación cumple unos objetivos mínimos, y qué podemos hacer para mejorar dichos parámetros.
¿Cuáles son los índices reproductivos más utilizados?
- Tasa de inseminación: es el grado de eficiencia en inseminar vacas del total de vacas que tenemos vacías y en ciclo y que deseamos inseminar (vacas que han pasado el periodo de espera voluntario tras el secado, que no están diagnosticadas como gestantes, que no vayamos a descartar, novillas que entran a la producción…). En granja se calcula como el número de vacas inseminadas del total de vacas elegibles cada 21 días.
Refleja el éxito en la explotación en cuanto a la detección de celos. Aumenta con los métodos más avanzados de detección de celos y con los tratamientos de inducción del celo o inseminación a tiempo fijo.
Se considera una buena tasa de inseminación por encima de un 65%.
- Tasa de concepción: es lo que normalmente llamamos fertilidad y es la eficiencia en conseguir gestaciones del total de vacas que inseminamos. Se calcula como el número de vacas que quedan gestantes dividido entre el número de vacas inseminadas cada 21 días.
Un problema de este índice es que tiene un sesgo importante: solo tiene en cuenta las vacas inseminadas:
- Podemos tener una buena tasa de concepción, porque realizamos la inseminación correctamente y nuestros animales son fértiles, pero globalmente en la explotación tener malos resultados porque detectamos pocos celos y, por tanto, inseminamos pocas vacas.
- Y, al contrario, si la tasa de inseminación es muy alta pero la de concepción es baja, probablemente haya un problema en la fiabilidad en la detección de celos, es decir, estamos inseminando vacas que no estaban realmente en celo.
Una buena tasa de concepción debería estar por encima de un 30-35% de media, y de un 40% en la primera inseminación posparto.
- Tasa de preñez de 21 días: combina los dos parámetros anteriores, refleja la eficiencia con la que conseguimos preñar a las vacas que deberíamos dejar gestantes. Se calcula como el número de vacas que quedan gestantes del total de vacas elegibles cada 21 días.
Es el mejor parámetro para evaluar la eficiencia reproductiva, si logramos cumplir los objetivos en este índice significará que el resto también serán adecuados. Sin embargo, no está exento de error, ya que no distingue las vacas paridas hace poco de las paridas hace mucho, puede haber mucha variación entre un ciclo y otro por épocas del año, está influido por el número de vacas que introduzcamos como “vacas para eliminar”, etc.
Se considera una buena tasa de preñez por encima del 20% en vacas y del 30% en novillas.
- Tasa de vacas gestantes en total: se debería tener constantemente en la explotación más de un 50% de vacas gestantes, aunque hay situaciones en las que es esperable que sean menos, por ejemplo, en casos de estrés por calor.
Un protocolo de inseminación a tiempo fijo es una buena solución
Las vacas de leche de alta producción suponen todo un reto para los ganaderos a la hora de encarar su manejo reproductivo. Se ha estudiado que su comportamiento de estro está muy reducido debido al confinamiento, tanto en duración como en claridad de los síntomas de celo, y que además hay un alto porcentaje de ovulaciones silentes, es decir, sin síntoma alguno. Esto hace que sea mucho más difícil para los ganaderos y operarios detectar los celos y poder inseminar en el momento adecuado para lograr la concepción.
Para mejorar los datos productivos, en especial los de la primera inseminación posparto, podemos recurrir a tratamientos hormonales:
- Prostaglandinas: causan la destrucción adelantada del cuerpo lúteo, y por tanto la vaca empieza el siguiente ciclo de ovulación antes. Tenemos la garantía de que los animales entrarán en celo 2-7 días después de la aplicación, pero sigue siendo necesario detectar el celo para saber exactamente cuándo inseminar. Se puede aplicar una o dos veces, separadas 11-14 días, para mejorar su efecto. En explotaciones con buena tasa de inseminación y fiabilidad en la detección de celos, este sistema puede ser suficiente para aumentar la eficiencia reproductiva de la explotación.
- Protocolos de inseminación a tiempo fijo (IATF): permiten garantizar la ovulación en un espacio de tiempo más estrecho tras la última inyección, por lo que se insemina a todas las vacas en un momento determinado, 16 horas después del último tratamiento, sin necesidad de detectar los celos. Es especialmente importante aplicar estos tratamientos en la primera inseminación posparto, ya que mejorando la tasa de preñez en el primer intento disminuimos los días que está vacía y ahorramos mucho dinero en tratamientos, semen y alimentación. También es muy interesante para adelantar la primera gestación de las novillas.
El inconveniente es que estos protocolos requieren una mayor planificación y cumplir con exactitud los tiempos de aplicación de cada hormona y de inseminación, por lo que la organización de la explotación debe ser excelente.
Los protocolos más usados son:
- Ovsynch o GPG (GnRH + Prostaglandina + GnRH): dura 10 días. Fue el primero en desarrollarse, es el más básico, actualmente hay variaciones que mejoran su eficacia dependiendo de las condiciones de cada explotación.
- Doble GPG: dura 27 días (10 de cada GPG y 7 días entre ellos).
- Presynch-Ovsynch (2 prostaglandinas + GPG): dura 35 días.
- P4GPG (progesterona intravaginal + GPG): dependiendo del caso, se deja el dispositivo intravaginal unos 7 días, y tras la retirada se aplica el protocolo Ovsynch.
Protocolos de inseminación a tiempo fijo.
Según los últimos estudios, la utilización de protocolos de inseminación a tiempo fijo para la sincronización de la primera inseminación posparto, seguida de herramientas de mejora de la tasa de inseminación en las siguientes inseminaciones, es el sistema que logra mejores índices reproductivos con proporcionalmente menores costes.
La mayoría de productos empleados en los tratamientos reproductivos hormonales para mejorar la reproducción de las vacas de leche son inyectables, ya que este método permite la aplicación individualizada del producto.
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Equipo Ceva Salud Animal
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