Tanto en granjas de bovino de carne como de leche, la unidad de venta requiere necesariamente que las vacas pasen por la gestación y el parto. Sin gestación de la vaca, ni hay terneros que engordar, ni hay ubres que ordeñar.
¿Cómo es el ciclo sexual de la vaca?
La precocidad es muy variable en función de las razas o la aptitud productiva (carne o leche), pero, en general, se puede afirmar que las vacas alcanzan la pubertad a los 12 meses de edad aproximadamente, y el objetivo es que tengan el primer parto alrededor de los 2 años de edad. Sin embargo, es importante respetar el desarrollo del animal y esperar a que este sea suficiente como para soportar una gestación. Así, la mayor parte de productores fijan una especie de “periodo de espera voluntario”, antes del cual no inseminan a las novillas, guiándose más por la altura a la cruz, de unos 130 cm, que por la edad. Los ciclos de la vaca duran 21 días y ocurren durante todo el año sin que haya una época de menor fertilidad, es decir, son poliéstricas continuas. Sin embargo, hay algunos motivos por los que la vaca podría dejar de ciclar, como que sufra una patología, que esté gestante, situaciones de estrés por calor, un bajo plano alimenticio o que haya parido hace poco. Se llama anoestro posparto al tiempo que tarda la vaca en volver a ovular tras el parto, y dura de media 30 días, durante los cuales el aparato reproductor del animal se “reinicia” hormonalmente. El primer celo suele ser silencioso en el 94% de las vacas, es decir, ovulan, pero sin mostrar ningún síntoma.
El ciclo de la vaca consta de las siguientes fases:
Proestro - dura 3 días, empieza con la destrucción del cuerpo lúteo o “luteólisis” (el resto del folículo ovulado anterior). En esta fase el folículo crece y se desarrolla hasta casi su maduración.
Estro - dura 15-21 horas, durante las cuales la vaca muestra signos de celo: inquietud, comportamiento de monta, inapetencia, mugidos, busca al macho y no tolera bien el ordeño. Esto se debe a que se produce la máxima subida hormonal de estrógenos y esta hormona es responsable de cambios fisiológicos y de comportamiento. Al final de esta fase, cuando la ovulación está próxima, se tranquiliza y se deja montar. El folículo alcanza su madurez, pero todavía no ovula.
Metaestro - dura 2-3 días, la ovulación ocurre 12-14 horas tras la desaparición de los síntomas de celo. Si no es fecundado en 6 horas, el óvulo degenerará.
Diestro - dura 14 días, en los cuales la vaca está sexualmente inactiva, tranquila y apacible. Se caracteriza por un aumento de la progesterona, sintetizada por el cuerpo lúteo. Durante esta fase hay folículos que maduran hasta cierto punto, pero degeneran antes de ovular.
Ciclo estral de la vaca
Si la vaca concibe en este ciclo, la progesterona sintetizada por el cuerpo lúteo es relevada por la progesterona producida por la placenta, y esta hormona es constante durante toda la gestación de la vaca, hasta que justo antes del parto disminuye. Mientras la progesterona esté presente no se producirá otro ciclo, por eso las vacas no siguen ovulando mientras están gestando.
El periodo entre partos determina la rentabilidad
El periodo entre partos depende fundamentalmente de dos cosas: la capacidad de preñar a las hembras en el momento previsto (determinada por su fertilidad y el éxito en la detección de celos) y la duración de la lactación y del periodo seco en razas de leche.
El periodo seco es el que transcurre desde la interrupción de la lactación hasta el siguiente parto, y debe durar en torno a 60 días. Es un tiempo necesario para la regeneración y el descanso de la ubre, y si dura menos puede tener graves repercusiones sobre la sanidad y la productividad de la siguiente lactación. Para garantizar que estos tiempos se cumplen debemos calcular el momento de la inseminación.
En las vacas de carne no existe el periodo seco como tal, ya que al no ordeñarse artificialmente el ternero está con la madre y se alimenta de ella sin “agotar” la ubre. Por lo general, se pretende tener un parto al año, destetando al ternero con 6 meses. El anoestro posparto suele durar más días y estas razas tardan más en recuperar la ciclicidad. Se suelen reunir con el macho 5 o 6 semanas tras el parto, y se considera que la productividad es buena si se quedan preñadas en los siguientes dos meses.
La detección de celos, todo un reto
Uno de los mayores problemas de una explotación intensiva de vacas de leche es la detección de celos. Para que la inseminación artificial sea eficaz, debe realizarse en un intervalo de tiempo muy estrecho que depende de la aparición de los síntomas de estro. Los comportamientos de monta son la señal más clara, pero ocurren durante pocos minutos, y la mayoría de celos (según estudios, hasta el 70%) se dan entre las 6-7 de la tarde y las 6-7 de la mañana. En esas horas suele haber menos personal en la explotación, lo que dificulta la monitorización. En situaciones sin tratamientos hormonales, cada día entran en celo un 3-4% de las vacas no gestantes, por lo que dependemos de una observación durante muchas horas.
Durante el estro, el síntoma más claro de celo es que la vaca intenta montar a otras. En el final del estro, unas 14 horas antes de la ovulación, la vaca se deja montar, tanto por el macho como por otras hembras.
Un método eficaz de evitar la necesidad de detectar celos es la sincronización hormonal, de forma que muchas más vacas entrarán en celo en unos días determinados elegidos por el ganadero. Gracias al uso de estos fármacos sabemos exactamente qué vacas ovularán y cuándo lo harán, y podemos inseminar según protocolo a unas horas determinadas tras el tratamiento, esta técnica se denomina Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF).
Hay otros métodos no hormonales que facilitan la detección, como pueden ser la colocación de podómetros (la inquietud del estro hace que caminen más), el uso de pintura, etc. En cualquier caso, el porcentaje de detección sigue siendo bajo, lo cual añadido a la baja tasa de concepción y al elevado precio de la dosis de semen de calidad hace que muchas explotaciones intensivas se decidan por los métodos hormonales.
En España, las explotaciones de vacas de carne son extensivas o semi-extensivas, las vacas están en libertad y aprovechan los recursos forrajeros del entorno, y habitualmente se realiza monta natural, por lo que la detección de celos no es necesaria. Dependiendo del clima y de los recursos disponibles en cada época del año los rebaños se agrupan en uno o dos lotes. Se intenta que la primavera coincida, bien con el final de la gestación de la vaca y la primera mitad de la lactación, cuando los requerimientos energéticos de las madres son mayores, o bien con los meses previos a la venta de los terneros, para que engorden más y sean más rentables. En cualquier caso, se suele suplementar con ensilados, forraje almacenado, etc.
Acerca del autor
Antonio Jimenez
Veterinario con 10 años de experiencia como veterinario de campo y 17 años en la empresa de Salud Animal Ceva. A Antonio le gusta viajar, la naturaleza y el submarinismo.
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