La queratoconjuntivitis infecciosa bovina, a veces conocida como «ojo blanco» u «ojo rosa», es una enfermedad infecciosa que afecta a los ojos del ganado vacuno.
La queratoconjuntivitis infecciosa bovina se produce por la infección del ojo por bacterias. La más frecuente es Moraxella bovis.
Las bacterias se transmiten entre animales a través de la mosca de la cara o mosca de otoño (Muscaautumnalis), un insecto que se posa en enjambres sobre la cara del ganado y se alimenta de las secreciones de los ojos. Son más abundantes si en el rebaño hay infecciones activas por el virus de la rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR), que causa conjuntivitis y un aumento de las secreciones oculares.
La acción de las moscas irrita los ojos de las vacas y altera su comportamiento, ya que las molestias que causan hacen que se encuentren más nerviosas e incluso se vean reducidas sus producciones.
La queratoconjuntivitis infecciosa bovina es más frecuente en explotaciones bovinas en pastoreo, especialmente si viven cerca de zonas húmedas y con acceso a estiércol. En estos casos se calcula que puede afectar al 45% de las explotaciones. En las explotaciones intensivas, si se controla correctamente la higiene y se retira el estiércol, es menos frecuente.
Las bacterias colonizan el ojo, sobre la córnea (la parte anterior transparente del ojo) y la conjuntiva (membranas rosadas que rodean el ojo por debajo de los párpados). Según avanza la infección, se produce una inflamación muy llamativa, con síntomas de conjuntivitis grave:
Hay vacas que se recuperan por completo, pero en otras se quedan cicatrices en el ojo, con manchas blanquecinas que les impiden ver bien.
Aunque hay casos leves que se recuperan rápido, la queratoconjuntivitis infecciosa bovina puede transmitirse rápidamente a una explotación completa implicando grandes costes:
Para tratar la queratoconjuntivitis infecciosa bovina los veterinarios emplean antibióticos, que aplican por inyección intramuscular, subcutánea o debajo de la conjuntiva, y en ocasiones en pomadas oculares. Se recomienda iniciar el tratamiento lo antes posible para evitar que se desarrollen las úlceras en la córnea.