Llevamos unos años realmente tumultuosos: la pandemia, la guerra de Ucrania, la subida del precio de los piensos, la luz, el gas y el petróleo… Este difícil cóctel llegó a su culmen durante el 2022, y numerosos medios de comunicación se hicieron eco de la preocupación de ganaderos y consumidores: ¿estamos encaminados a una situación de escasez de productos básicos, entre ellos, la leche? ¿Cómo afecta esta situación a la producción de leche en España?
La situación del sector vacuno es la que ocupa titulares
Han sido varias las ocasiones este año en las que saltaban noticias sobre la escasez de productos de primera necesidad, los lineales de los supermercados vacíos, y el sacrificio de muchas vacas de leche debido a que los costes de mantenimiento y alimentación superaban a los ingresos producidos por la venta de su leche.
La realidad es que en la segunda mitad del año 2022 se sacrificaron para carne un número elevado de vacas lecheras, debido al aumento de los costes de los piensos, los combustibles y la electricidad, unido al aumento del precio de la carne. Esta combinación hizo que resultara muy rentable sacrificar a las vacas en este momento. Se temía que la pérdida de animales y el cierre de ganaderías causaran una escasez notable, una necesidad de aumentar las importaciones y un gran aumento del precio de venta al consumidor.
Una vez acabado el año 2022 y recopilados los datos oficiales del sector lácteo, podemos empezar a valorar los hechos. En cuanto al censo de vacas de leche, los datos más recientes (enero de 2023) señalan que el censo de vacas lecheras mayores de 24 meses es de 787.499 animales, lo que supone un descenso del 2,9% (unas 25.000 vacas) con respecto al mismo mes en el año anterior. Y no solo hemos perdido animales, sino que durante este año 2022 ha descendido el número de ganaderos que declaraban entregas de leche, de 11.357 a 10.655 profesionales.
Como resultado, la producción de leche cruda ha bajado, pero no tanto como el número de vacas: durante 2022 se entregaron 7.323.652 toneladas de leche cruda, tan solo un 2,2% menos que en 2021 (que fue el año más productivo de la última década). Cada mes se entregaron en España en torno a 600.000 toneladas de leche.
La producción de leche es estable durante todo el año, salvo por un moderado descenso en los meses de verano debido a que el estrés térmico repercute sobre la productividad. En la gráfica se puede observar una bajada en febrero, pero esto únicamente se debe a que es el mes más corto. Fuente: MAPA.
La producción de leche en España no ha descendido tanto, pero, ¿ha aumentado el consumo?
Los españoles consumimos este año un total de 10.285.000 toneladas de leche y productos lácteos, un 4,5% más que en 2021, de las cuales un 81% fue producción nacional y un 19% importado. Esto supone un aumento de 5 puntos del volumen importado respecto a los doce meses previos.
De toda la leche cruda que se produce, en torno a un 47% se mantiene como leche para beber, un 16% se emplea para elaborar queso, un 13% se destina a la obtención de nata, un 13% se transforma en yogur, de un 5% se obtiene mantequilla y el 6% restante se utiliza para producir varios tipos de leches concentradas y en polvo. Un dato puntual de este año 2022 es el aumento sin precedentes de la producción de leche en polvo, de un 91% respecto al año anterior. Esto se debe a la crisis de escasez de leche en polvo para bebés que sufrió Estados Unidos durante varios meses, frente a la cual muchos países se apresuraron a responder, entre ellos, España.
El 47% de la leche cruda que producimos en España se destina a leche de consumo directo.
El sector caprino desciende más que el ovino
España es el segundo país de la Unión Europea que más leche de oveja y cabra produce. El sector estaba bastante estabilizado hasta 2021, conservando los censos de ovino y caprino con aprovechamiento lechero, frente a la caída persistente de los censos de las razas cárnicas de estas especies.
Aunque en menor medida que el sector vacuno, el ovino y el caprino lechero también han sufrido las consecuencias del aumento de los costes. Todavía no se ha dado a conocer la producción total del año 2022, pero ya en octubre el descenso era del 1,7% en el caso de la leche de oveja y del 6,4% en el de la leche de cabra. El notable descenso en la producción de leche de cabra ya ha tenido su consecuencia sobre el valor de las importaciones de quesos de cabra, que ha subido más de un 44% respecto a 2021.
El número de ganaderos con entregas declaradas de leche de cabra y oveja fluctúa cada año siguiendo el patrón de meses de estacionalidad reproductiva (solo los ganaderos que apliquen tratamientos frente al anestro estacional serán capaces de producir todo el año). Los meses de octubre a diciembre son los más bajos cada año, pero en 2022 el descenso ha sido mucho más acusado: el número de ganaderos produciendo en octubre fue, en el caprino, de 3.872, frente a los 4.500 que había en el mismo mes del año anterior, y en el ovino, 2.567 frente a los 2.800 del mismo mes de 2021.
El futuro es incierto
Recopilando los datos expuestos, podemos extraer tres conclusiones claras sobre el estado del sector vacuno lechero:
- Durante 2022 se vendieron animales lecheros y se cerraron ganaderías, y consecuentemente la producción ha descendido, más en el caso del caprino (6,4%) que en el del vacuno (2,2%) y el ovino (1,7%).
- El consumo de productos lácteos ha aumentado ligeramente, aunque en general es un mercado que en los últimos años se ha mantenido estable o en ligero descenso.
- La necesidad de productos importados ha subido.
El mantenimiento del sector pasa por frenar esta caída del censo, y para ello hay que garantizar a los productores primarios unas condiciones económicas dignas. Los ganaderos, especialmente de vacuno, llevaban años reclamando subidas en los precios de venta en origen, que estaban estancados. Finalmente, este 2022 ha visto un importante aumento de los precios, cerrando el año a casi 60 céntimos el litro. Sin embargo, este dato representa una victoria a medias, ya que la inflación generalizada repercute en los gastos de la explotación y en el poder adquisitivo del ganadero.
El precio de compra de la leche al ganadero se ha disparado este año, tras muchos años de estancamiento. Fuente: MAPA.
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