La oveja segureña es una de las razas ovinas más apreciadas en España, ya que produce una carne de alta calidad y rendimiento: el cordero segureño. En este artículo realizaremos una descripción para conocer en profundidad esta raza, además de su ubicación geográfica y sus características productivas.
Origen y descripción de la raza
La oveja segureña es una raza ovina española derivada de la raza manchega. Se originó en 1978 en las sierras del entorno del río Segura, de donde deriva su nombre y se explota actualmente. Su elevado censo la sitúa como una de las razas ovinas de la ganadería española.
Esta raza se caracteriza por ser rústica, atlética y de montaña, con una perfecta adaptación al medio hostil en el que habitan. Sus características físicas son las siguientes:
- Cabeza: tamaño medio, proporcional al cuerpo. Sin presencia de cuernos ni lana en machos ni hembras. Las hembras presentan una línea fronto-nasal subconvexa más acentuada que los machos. Las orejas tienen un tamaño medio-largo y son horizontales o ligeramente inclinadas con un hocico puntiagudo con labios finos.
- Cuello: proporcionado sin pliegues ni papada. Puede tener o no mamellas.
- Tronco: destaca su tamaño largo y profundo, así como su cruz. La línea dorsolumbar se desenvuelve de forma horizontal y la grupa es amplia y ligeramente inclinada.
- Mamas: globosas de tamaño exacto en sus dos partes. Al igual que en la cabeza, no hay presencia de lana.
- Extremidades: aplomadas y de longitud en armonía con el resto del cuerpo. La espalda se encuentra bien unida al tronco y las nalgas y muslos presentan un perfil subconvexo. Los carpos, tarsos y radios son finos y fuertes.
- Piel: fina y sin pliegues. Según la variedad puede ser sonrosada o pigmentada.
- Vellón: cubre el tronco y parte del cuello. No hay presencia en la cabeza, tercio superior del borde traqueal del cuello, gran parte de las extremidades, vientre y las mamas (en las hembras).
Existen dos variedades de oveja segureña que difieren en sus características únicamente en el color: la Blanca, de vellón blanco, y la Rubisca, que presenta pigmentaciones en forma de manchas rubias de distintos tamaños, que a veces alcanzan una gran extensión.
Zonas geográficas de explotación
Principalmente, la zona de explotación y producción de la oveja segureña son las Cordilleras Béticas Orientales, situadas entre las provincias de Murcia, Granada, Almería, Jaén y Albacete. Los 144 municipios pertenecientes a estas provincias presentan características compartidas en cuanto a la edafología, flora, clima y técnicas de cría y reproducción.
El hábitat de las ovejas segureñas se encuentra a una altitud mínima de 500 metros. El clima de estas zonas es de tipo continental, caracterizado por sus temperaturas extremas y su escaso e irregular índice de lluvias (entre 350-400 mm y concentrado en una sóla época del año en forma de tormentas). Además, las temperaturas anuales oscilan entre los 12-15º.
La escasez de lluvias y las temperaturas extremas causan que el período vegetativo de los pasos quede reducido a unos pocos meses. Esta situación unida a las características de los suelos, convierten el esparto en la planta predominante de las extensas laderas de la comarca y, a su vez, el alimento de las ovejas.
Características productivas y estacionalidad
Los animales adultos son explotados en régimen extensivo o semiextensivo todo el año con pastoreo. Normalmente, se divide el rebaño en lotes, complementando la alimentación de los machos antes de la cubrición y de las hembras en fase de lactación y, en menor frecuencia, de gestación. Se lleva a cabo transhumancia de rebaños en algunas zonas específicas.
Debido a su destacable precocidad sexual, la raza segureña puede hacer su primer parto a los doce o catorce meses de vida. Normalmente, en ganados bien alimentados la prolificidad de los corderos es elevada, brindando cifras entre los 140 ejemplares cada 100 partos.
La vida útil de una oveja reproductora se sitúa en torno a los 7 años, durante los cuales pueden producirse 10 partos aproximadamente, y la estacionalidad es de 9 meses.
Los corderos para el consumo suelen sacrificarse alrededor de los 2’5 meses cuando alcanzan un peso de entre 24 y 30 kg, siendo alimentados con lactancia exclusiva durante las primeras tres semanas de vida. A partir de entonces, se pasa a un régimen de alimentación mixto de leche y pienso, para dejar únicamente el pienso a los 40-50 días de edad.
La oveja segureña es una raza apreciada por la alta calidad de su carne y rentabilidad. De hecho, el gobierno español le otorgó en 2008 el distintivo de calidad IGP, para destacarla en relación a otros tipos de carne de cordero.
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