Juntos, más allá de la salud animal

Todo sobre la gestación en oveja y cabra

Escrito por Equipo Ceva Salud Animal | Apr 22, 2022 8:39:00 PM

La gestación en oveja y cabra dura entre 144 y 153 días, es decir, unos 5 meses. Durante estos meses la prioridad debe ser el mantenimiento de la preñez y de la salud de la oveja, evitando los abortos causados por patologías y por errores de manejo.

Primer paso: ¿está o no gestante?

El método de diagnóstico de gestación más extendido, tanto en ovejas como en cabras, es la ecografía/ultrasonidos, tanto abdominal como transrectal. A los 26 días de gestación la fiabilidad de la ecografía transrectal es muy alta, del 95 al 100%. A los 40 días ya se ven los cotiledones de la placenta muy fácilmente en la ecografía, por lo que el diagnóstico resulta más rápido en esta etapa. Y a partir de los 60 días ya es fiable realizar la ecografía abdominal porque el tamaño del feto y del útero son suficientemente grandes para verlos desde más lejos.

Antes de la ecografía, una primera criba se realiza a las tres semanas tras la cubrición, ya que en época fértil aquellas ovejas no preñadas volverán a salir en celo. Sin embargo, habrá ovejas que no salgan en celo pero tampoco estén preñadas por haber sufrido abortos tempranos o porque nos encontremos en época de anoestro estacional. Por tanto, este método es orientativo: que no salga en celo no es necesariamente garantía de preñez, y hay que confirmarla ecográficamente.

Otros métodos de diagnóstico son la palpación abdominal, contraindicada antes de los 70 días de gestación ya que podemos causar el aborto, y los métodos de análisis de hormonas en sangre, muy precisos, pero que suponen un manejo más difícil y tienen un precio mucho más elevado.

Cuanto más temprana y eficaz sea la detección de la gestación, más eficiente será el manejo de la explotación y más rentable, ya que podremos retirar las ovejas no preñadas del lote y volver a introducirlas en el lote para cubrir. De esta manera acortamos el tiempo entre partos y ahorramos en alimentación de ovejas no preñadas. También sirve para contar fetos, y estar más pendientes en el momento del parto de hembras con mellizos o trillizos, ya que es más probable que sufran dificultades.

La estimación de la fase de la gestación se realiza midiendo la longitud del feto, el diámetro de la cabeza, la presencia de latido cardiaco y los movimientos fetales (28 y 38 días respectivamente) y el desarrollo de las partes del cuerpo. Así podremos aproximar la fecha en la que se producirá el parto y estar preparados para cuando ocurra, teniendo las instalaciones listas (limpieza y desinfección, cama nueva y limpia, separación de las hembras y espacio suficiente para que estén tranquilas), contratando mano de obra extra en caso de ser necesario para optimizar la vigilancia y manejo de los recién nacidos (encalostrado, desinfección de cordón umbilical, etc.)

Vacunar en el momento preciso

La prevención de enfermedades es clave en el manejo de una explotación. Mediante profilaxis vacunal, podemos minimizar el riesgo de ciertas enfermedades causantes de aborto, y garantizar que el calostro presenta anticuerpos frente a las enfermedades más comunes. Un calostro completo y con anticuerpos más diversos tiene una repercusión directa sobre la salud del cordero, ya que nace sin anticuerpos propios y no será capaz de producirlos eficazmente hasta aproximadamente el mes de vida.

Con estos objetivos en mente, se vacuna de basquilla (Clostridium perfringens) y pasterellas un mes o mes y medio antes del parto, para optimizar tanto la protección de la oveja como la de la cría.

Otros problemas sanitarios que pueden causar directa o indirectamente abortos son los que afectan a las pezuñas, ya que limitan el movimiento del animal y su capacidad para alimentarse. Es especialmente importante en cabras, ya que sus pezuñas crecen muy rápidamente.

Manejo alimentario de la oveja en relación con la gestación

Los déficits nutricionales y energéticos durante la preñez pueden ser causa de abortos, sobre todo de reabsorciones en el primer tercio de gestación, y en el último tercio causa debilidad de la hembra y del cordero cuando nazca, pudiendo comprometer gravemente sus posibilidades de supervivencia: parto difícil y largo por falta de fuerzas, rechazo de la madre hacia el cordero, calostro y leche insuficiente, cordero pequeño más susceptible a enfermedades… Además, la nutrición insuficiente y la consiguiente pérdida de peso implican la movilización de las reservas grasas de la hembra, que puede derivar en una toxemia de gestación.

Durante la mayor parte de la gestación el feto es pequeño y requiere poca energía. En cambio, en las últimas seis semanas de gestación el feto crece mucho en tamaño y la demanda energética aumenta. Esto, añadido a que hacia el final de la gestación el peso del feto dificulta la ingesta de alimento y a que se empieza a desarrollar la mama y sintetizar calostro, tiene como consecuencia unas necesidades nutricionales altas de la oveja, que no se cubren simplemente con pasto. Para solucionarlo suplementamos con pienso concentrado o mezcla de cereales, que aportan más energía en menor volumen de alimento, pero sin excedernos, ya que una elevada condición corporal (CC) perjudican el desarrollo del parto.

Ajustar el aporte energético que se da a las ovejas en cada fase es fundamental para optimizar la fertilidad y producción de la oveja y para favorecer la crianza de un cordero fuerte y sano. Fuente: adaptado de Engormix

 

En el caso del sistema intensivo o en épocas del año con pocos pastos o sequía, la parte forrajera fibrosa de la dieta deberá ser aportada en forma de paja, heno, ensilados, etc. en las proporciones señaladas en la tabla. En el caso del sistema extensivo en época de pastos abundantes únicamente se aporta concentrado en las cantidades estimadas, y el porcentaje de pasto que ingieren se ajusta de forma natural.

Cualquier cambio en la dieta, en especial los relacionados con alimentos muy energéticos, debe realizarse progresivamente. Un aumento brusco en la cantidad de hidratos de carbono ingeridos resultará muy probablemente en un desequilibrio de los microorganismos ruminales y se instaurará una acidosis aguda, una patología muy grave.

Cabe destacar que el flushing (incremento de energía en la dieta mínimo 10 días antes de la cubrición, durante y 10 días después, con el objetivo de aumentar la fertilidad, la prolificidad y la implantación del embrión en el útero) es útil únicamente en ovejas con condición corporal infraóptima, es decir, aquellas ovejas que terminan la lactación y el periodo seco delgadas (CC = 2-2,5). Para aprovechar este efecto todo lo posible, durante el periodo seco se da a los animales una dieta de mantenimiento restringida (salvo que estén extremadamente delgadas).