El ganado bovino y ovino son más parecidos de lo que crees

Bovino y ovino

A simple vista puede parecer que las ovejas y las vacas son animales muy diferentes: su tamaño, su pelaje, su comportamiento, sus ubres… Son bastantes los aspectos que desde fuera contrastan. Sin embargo, bovinos, ovinos y caprinos son especies que están muy cerca genéticamente y evolutivamente. Sigue leyendo si quieres averiguar cuáles son sus parientes más cercanos, qué tienen en común y en qué se diferencian.

Los rumiantes son un tipo de ungulado

La clasificación clásica, la más conocida por el público general, es la que define a los ungulados como aquellos animales mamíferos que caminan apoyados en uno o varios de sus dedos, habitualmente revestidos de una capa córnea formando una pezuña, o que descienden de animales con esta característica. Según esta clasificación, los órdenes más destacados dentro de los ungulados o superorden Ungulata eran:

  • Los artiodáctilos o ungulados de dedos pares, que incluye a todos los rumiantes, cerdos, camellos, hipopótamos y cetáceos.

  • Los perisodáctilos o ungulados de dedos impares, que incluye a caballos, cebras, burros, rinocerontes y tapires.

  • Los proboscídeos, que únicamente incluyen a las tres especies existentes de elefantes.

  • Los sirenios, que incluyen a los únicos mamíferos acuáticos herbívoros, el dugongo y el manatí.

Nueva llamada a la acción

Según se ha visto más recientemente, esta clasificación, que data del siglo XIX, no es del todo exacta, sino que los proboscídeos y sirenios se encuentran genéticamente bastante lejos de los perisodáctilos y artiodáctilos, por lo que el mencionado superorden Ungulata no existe en la nueva clasificación.

El orden Artiodactyla incluye a animales tan diferentes entre sí como las ovejas, los dromedarios, las jirafas o las ballenas, pero todos tienen un antecesor común que caminaba sobre dos dedos.

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Uno de los grupos más grandes y diversos dentro de los artiodáctilos son los rumiantes (suborden Ruminantia), entre los que se encuentran nuestras especies de ganadería: las ovejas, las cabras y las vacas. En este artículo puedes leer más a fondo lo que significa ser un rumiante, cuáles son sus características principales y en qué se diferencian de otros herbívoros como los camellos (que también realizan la rumia) o los caballos. A modo de resumen, diremos que los rumiantes son animales mamíferos terrestres que se apoyan en dos pezuñas, herbívoros y que realizan la rumia con el estómago dividido en cuatro cavidades.

Dentro de los rumiantes tenemos la familia de los bóvidos o Bovidae (¡no confundir bóvido con bovino!). Esta familia, que incluye a vacas, ovejas y cabras, además de antílopes y gacelas, se diferencia por tener una dieta estrictamente herbívora, cuernos huecos en todos los machos y algunas hembras (salvo en las especies domesticadas, en las que durante siglos se ha seleccionado a individuos acornes), ausencia de incisivos superiores y presencia de ocho incisivos inferiores, con elevado dimorfismo sexual (es decir, diferencias físicas entre machos y hembras) y las pupilas alargadas horizontalmente.

En qué se diferencian ovejas, cabras y vacas

Los bovinos domésticos que conocemos pertenecen a la especie Bos taurus, mientras que los bovinos domésticos africanos y de zonas tropicales, caracterizados por su llamativa joroba, son de la especie Bos indicus. Se cree que ambas descienden del mismo animal prehistórico, el uro, que se extinguió en el siglo XVII. Son animales grandes y robustos, de unos 1,2-1,5 metros de altura a la cruz, un peso medio de 600-800 kg (aunque con animales que superan los 1.000 kg), con extremidades proporcionalmente finas, cubiertos de pelo de longitud variable y una ubre compuesta por cuatro glándulas mamarias. La gestación dura casi nueve meses. Cuando los tienen, sus cuernos salen de los laterales de la cabeza y se dirigen hacia delante, hacia los lados, hacia arriba o incluso hacia atrás, pero casi siempre forman una curva que recuerda a una lira.

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El jorobado Bos indicus o cebú es el pariente más cercano de nuestras vacas. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si son dos especies separadas o se trata de dos subespecies de la misma especie.

Las ovejas (Ovis orientalis aries) se consideran una subespecie del muflón oriental, con el que comparten muchas características. Son animales de tamaño medio, con una altura entre 60 cm y 1,2 metros y un peso que puede ser desde 35 kg a más de 100 kg (la mayoría en torno a los 50-60 kg), de tronco grueso y extremidades finas, cubiertas generalmente de un pelo rizado al que llamamos lana (aunque también hay razas de pelo), una ubre compuesta por dos glándulas mamarias. La gestación dura unos cinco meses. Tienen cuernos con poca frecuencia debido a la selección humana, pero cuando los tienen son siempre en espiral.

Las cabras (Capra aegagrus hircus) son una subespecie de la cabra salvaje (no confundir con la cabra montesa, que es otra especie, Capra pyrenaica). Las cabras domésticas tienen un tamaño, peso y anatomía similares a los de las ovejas, con las que comparten varias características más:

  • Ambas especies son altamente rústicas, y son capaces de sobrevivir con dietas muy pobres y en zonas con climas muy extremos.

  • Tienen hábitos reproductivos similares (duración del ciclo estral y de la gestación parecida, estacionalidad reproductiva).

  • Al estar tan cerca genéticamente comparten muchas enfermedades.

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Ovejas y cabras se diferencian en varios aspectos:

  • Las cabras nunca presentan lana.

  • Las cabras suelen tener un mechón de pelos largos en la barbilla, “barba de chivo”.

  • Casi todas las razas de cabra tienen cuernos, salvo algunas especialmente seleccionadas. La forma y tamaño de estos cuernos es variable (rectos, curvados, enrollados sobre sí mismos, hacia atrás, hacia arriba…) pero casi todos suelen surgir de la parte de arriba de la cabeza, no de los lados.

  • Las cabras tienen la cola corta y siempre dirigida hacia arriba, mientras que las ovejas tienen la cola larga que cuelga flácida.

  • Tienen distintos hábitos sociales: las ovejas son animales muy gregarios, poco “aventureros”, que siempre van en grupo y los machos se pelean cargando casi de frente; en cambio, las cabras son mucho menos gregarias, más ágiles y curiosas, y se pelean inclinando mucho la cabeza hacia debajo de forma que los cuernos apuntan hacia delante.

  • Su forma de alimentarse también es diferente: las ovejas son “pastadoras”, se alimentan principalmente de hierba del suelo; las cabras, en cambio, son ramoneadoras, es decir, comen las hojas y flores de árboles y arbustos, y les cuesta comer del suelo cuando se les administra pienso concentrado.

  • Las cabras tienen una glándula odorífera, de la que las ovejas carecen, que da el aroma a macho cabrío. Por su parte, las ovejas poseen unas glándulas lacrimales, interdigitales e inguinales que las cabras no tienen.

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Equipo Ceva Salud Animal

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