En las explotaciones de vacuno, la cubrición es una fase decisiva del ciclo productivo. Lograr el éxito en la cubrición supone obtener terneros y leche en el momento más adecuado, para poder comercializarlos y obtener la máxima rentabilidad. En las explotaciones de vacuno, las vacas vacías que no quedan gestantes suponen una fuente de costes y pérdida de ganancias.
¿En qué consiste la cubrición?
La cubrición de las vacas es el acto de depositar el semen del toro en el aparato reproductor de la vaca para que los espermatozoides fecunden el ovocito y se desarrolle el embrión bovino.
Este embrión, que al principio es microscópico, se implanta en el útero de la vaca, desarrolla una placenta para mantenerse vivo, crece hasta adoptar la forma de un feto, y continúa creciendo durante toda la gestación hasta el nacimiento del ternero.
Formas de cubrir a las vacas
Los programas de cubrición en las vacas son de dos tipos:
- Monta natural: consiste en dejar que sea el toro el que monte libremente a las vacas. Este sistema es más habitual en los sistemas en extensivo, aplicado a las vacas de aptitud cárnica. Se deja el toro suelto con las vacas para que las vaya cubriendo a medida que salen en celo. La época de cubrición es más estacional, así que la mayoría de las montas se dan en los meses de diciembre a julio, para que los partos se agrupen desde octubre hasta mayo para aprovechar los pastos.
- Inseminación artificial: se utiliza de rutina en las explotaciones de vacuno lechero, para tener partos durante todo el año y que la producción de leche sea estable, eliminando el efecto de la estacionalidad. Es frecuente agrupar lotes de vacas a cubrir empleando programas de sincronización de celos y de ovulación, para que los partos sucedan en tiempos similares y los terneros sean homogéneos.
Beneficios e inconvenientes de cada forma de cubrición
Cada modalidad de cubrición presenta ventajas e inconvenientes:
- La monta natural es más práctica en las vacas de carne porque supone una mayor facilidad de manejo de los animales y un menor coste de mano de obra. Sin embargo, al tener menos control sobre las vacas, no siempre se realiza la cubrición en el momento óptimo y el rendimiento reproductivo es menor.
- La inseminación artificial es más controlada; al vigilar a las vacas, se sabe en qué momento introducir el semen para tener más posibilidades de que quede gestante. Por otra parte, las pajuelas tienen cantidades de semen concentrado y contrastado, de manera que se conoce la calidad para asegurar un mayor éxito. Los tratamientos hormonales de sincronización suelen aumentar la eficacia. El principal inconveniente es su mayor coste, aunque los resultados de la eficiencia reproductiva deberían justificar el empleo de esta técnica.
Cuál es el mejor momento para inseminar a las vacas
De acuerdo con el ciclo de celo de la vaca, el momento ideal para inseminar a la vaca y que el éxito de la concepción sea máximo es cuando han pasado 12 horas desde que empezó a mostrar signos de celo. Para saber cuándo inseminar a las vacas, se recomienda vigilar los patios varias veces al día. Las vacas que entran en celo se dejan montar por otras y se quedan quietas y son candidatas a ser inseminadas.
Para inseminarlas, lo primero es comprobar el flujo vaginal para asegurarse de que es abundante y transparente, libre de infecciones. Si todo parece correcto, se procede a aplicar la técnica de la inseminación artificial.