El cordero segureño es una raza española de ganado ovino aclamada en nuestro país. Todas las personas que la prueban acaban queriendo repetir, y es que su sabor es especial, único. En este artículo hablaremos sobre las características del cordero segureño, sus principales zonas geográficas y su modelo de producción.
El cordero segureño es una raza ovina adaptada a la vida en la Sierra de Segura y las zonas superiores de la ribera del río Segura, de donde adoptó su nombre. Desciende directamente de la raza manchega, motivo por el cual guarda muchas similitudes con ella.
Es una raza de montaña, atlética, rústica y muy adaptada al medio donde vive. Estos animales tienen un aspecto ágil y delicado, con un cuerpo de tamaño medio y cabeza proporcionada con su cuerpo. No tienen cuernos, ni apenas lana y su piel es fina y sin pliegues de color blanco uniforme. Sus huesos son delgados y fuertes a la vez.
Una de las características destacables del cordero segureño es su precocidad sexual, pudiendo suceder el primer parto a los 12 o 14 meses en un ganado bien alimentado. Habitualmente, la prolificidad de los corderos es alta, dándose una media de 135-140 ejemplares por cada 100 partos.
La raza Segureña presenta un índice de crecimiento muy bueno, pesando unos 3’5-5 kg en su nacimiento, 11-12 en su primer mes de vida y llegando a alcanzar los 28 kg con 3 meses de edad.
Durante las primeras semanas de vida, los corderos son amamantados por sus madres. Como la reproducción está muy ligada a la comercialización, los corderos son destetados precozmente, fijando el intervalo entre nacimientos en ocho meses, dándose tres partos cada dos años.
La zona de producción y distribución de esta raza corresponde a la confluencia entre las provincias de Murcia, Jaén, Albacete, Almería y Granada, las Cordilleras Béticas Orientales, territorios definidos para la IGP. Estos municipios tienen características compartidas en cuanto a clima, flora, edafología y técnicas de cría y producción.
Las zonas nombradas tienen un clima continental riguroso y extremo con un índice de lluvias escaso, entre los 350 y 400 mm y mal distribuído a lo largo del año, ya que es irregular y se presenta frecuentemente en forma de tormentas. Por otro lado, la temperatura media anual oscila entre los 12-15º.
Debido a las duras condiciones que soportan esta raza, además de la prolificidad de la especie y calidad de la carne, hicieron que el gobierno español le concediera un distintivo de origen y calidad en 2008. La Indicación Geográfica Protegida fue la de “Cordero de las Sierras de Segura y la Sagra”, exclusivamente para los corderos de la raza segureña que se produzcan en 144 municipios de las provincias de Murcia, Albacete, Jaén, Almería y Granada.
La producción anual de cordero segureño asciende a 450.000 corderos al año, generando una riqueza de más de 60 millones de euros en las provincias de producción.
El régimen de alimentación de los corderos es de lactancia exclusiva durante sus tres primeras semanas de vida. A partir de entonces, se pasa a un régimen alimenticio mixto (leche y pienso de iniciación) hasta que se produce el destete a los 40-50 días de edad. La edad media de sacrificio es a los 2’5 meses de edad, cuando su peso oscila entre los 24-30 kg.
La carne se comercializa en canal, media canal o en partes despedazadas con o sin hueso o unidades de venta al consumidor. Los corderos segureños se caracterizan por tener un alto rendimiento en el matadero, de un 51% específicamente.
Para tener la etiqueta de la IGP, los corderos deben estar inscritos en los registros oficiales y cumplir los siguientes requisitos: ser hijos de padres de raza segureña y tener buen estado de salud y no presentar defectos (malformaciones, cojeras, retraso en el crecimiento…).
En definitiva, la carne de cordero segureño es un manjar especial debido a las características geográficas de su lugar de cría, alimentación y trazabilidad. Su gran calidad le ha hecho merecedora de la etiqueta IGP, siendo una de las carnes mejor consideradas de España.