La raza bovina Parda de Montaña es descendiente directa de la Vaca Parda Alpina, cruzada con razas autóctonas españolas desde el siglo XIX y seleccionada para producción cárnica en los últimos 30 años. Se cría en extensivo y tiene gran importancia socioeconómica en el medio rural en las zonas que habita.
Hasta 2002, cuando se incluyó en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España, se consideraba la Vaca Parda de Montaña una rama de la vaca europea Parda Alpina (considerada por los expertos la raza más antigua de bovino doméstico) cruzada con otras razas lecheras autóctonas españolas. Este reconocimiento fue propiciado por las amplias diferencias productivas que existen entre esta y la Parda de Montaña actual, que desde los años 90 se seleccionó por su aptitud cárnica, en lugar de por la aptitud lechera/mixta que venía teniendo.
La causa fue la crisis del vacuno lechero que ocurrió en estos años, cuando la supremacía de las Frisonas-Holstein se hizo patente en todo el mundo. En España, las explotaciones que criaban vacas Pardas no podían competir, por lo que los ganaderos decidieron reinventarse, aprovechando las buenas características maternales, cárnicas y de rusticidad que ya tenían sus animales y buscando reproductores que aumentaran aún más estas ventajas.
Curiosamente, en Estados Unidos ocurrió totalmente lo contrario: las vacas Pardas Alpinas que se importaron fueron seleccionadas desde el principio para mejorar su producción láctea, y pasaron a conocerse como “Brown Swiss” (literalmente, parda suiza). Su leche tiene más grasa y proteína que la de Holstein, por lo que su destino es la producción de quesos, gracias a lo cual está muy extendida actualmente.
Casi la mitad del censo en nuestro país se encuentra en la provincia de Huesca, aprovechando las zonas montañosas del Pirineo oscense y sus valles. También se encuentra en el valle del Ebro zaragozano, en los Montes de León, la cordillera Cantábrica, Palencia, Asturias, y pequeños núcleos en otras provincias.
Fuente: MAPAMA 2021
Distribución de la vaca Parda de Montaña en España. Esta raza se encuentra en el Noroeste, y se puede observar que las zonas con mayor censo son montañosas. Fuente: MAPAMA 2021
Su descripción morfológica, recogida en el Libro Genealógico de la raza (establecido en 2004) es “…formato medio, con tendencia a grande, perfil recto y proporciones longilíneas. Capa uniforme de color pardo, aspecto armónico, tronco ancho y profundo y buen desarrollo muscular. Morfología propia de animales de producción cárnica. Al nacimiento, los animales presentan coloración blanquecina o rubia clara.” El peso de los machos es de unos 850 kg, y de las hembras unos 650 kg. Ambos sexos son bicornes, con cuernos en forma de “lira alta”. Tiene abundantes degradaciones de color y una característica orla blanca alrededor del hocico.
La explotación de vaca parda se realiza en modo extensivo o semiextensivo, estabulando brevemente en la época más fría. La alimentación se basa en el pasto que encuentran y en la suplementación con heno, ensilados y ocasionalmente piensos y cereales. En España se pueden distinguir tres sistemas productivos que aprovechan pastos, dependiendo de su clima, altitud y tipo de suelo:
El manejo reproductivo de la vaca parda suele ser con mínima interferencia del ganadero, se deja a los machos junto con las hembras para que realicen la monta natural y muy ocasionalmente se practica la inseminación artificial. Gracias a que las explotaciones tienen pocas cabezas (unas 50 de media) y durante la mayor parte del año todas ellas ocupan un mismo espacio, no es necesaria ni práctica una organización estricta en lotes. El comercio de cercanía permite que sea rentable transportar a los terneros a la venta en pequeños grupos, cuando se considera que han alcanzado su peso óptimo. La ganadería Ternera del Valle de Aísa, por ejemplo, tiene su propia sala de despiece y su propia tienda en el municipio de Jaca (Huesca), y la empresa Valles del Esla, en León, cuenta con su propio matadero próximo a las ganaderías asociadas.
Los datos productivos y reproductivos varían según la zona y modelo de crianza. Aunque esta raza es muy adaptable y prospera en todos los sistemas mencionados, el tipo y cantidad de alimentación disponible, así como la cantidad de pienso suplementado y el tiempo de estabulación, influyen mucho en los resultados finales. Cabe destacar que en los estudios para la mejora genética de la raza se ha encontrado que el 18% de los animales poseen el llamado “gen culón”, el gen de la miostatina, que mejora enormemente la conformación de la canal.
Fuente: ARAPARDA
Gracias a su pasado lechero las hembras de vaca parda producen hasta 8 litros de leche diarios en los primeros meses de lactación, contribuyendo a la crianza de terneros sanos y bien alimentados. Además, posee una elevada facilidad de parto, excelente instinto maternal y buena docilidad y facilidad de manejo.
En 2021 se registró el logotipo “Raza autóctona 100% Parda de Montaña”, por lo que al ser tan reciente su uso aún no está muy extendido. Sin embargo, hay ciertas “marcas” de productos reconocidos que se enorgullecen de criar animales de esta raza desde hace años, por ejemplo, los bueyes “Valles del Esla”, en la montaña leonesa, o la “Ternera Valle de Broto” en el Pirineo aragonés.