La Unión Europea se distingue por tener uno de los estándares de seguridad alimentaria más exigentes del mundo que, bajo el principio “de la granja a la mesa”, abarca toda la cadena de producción.
Las explotaciones ganaderas, como primer eslabón de esta cadena, están sujetas a estrictos requisitos de higiene, sanidad animal, medio ambiente y salud pública que garantizan la producción de alimentos seguros, sanos y nutritivos.
Entre estas exigencias se encuentra el control de las enfermedades transmisibles de los animales que, además, es crucial para la economía ganadera, ya que los brotes epidémicos pueden conllevar pérdidas económicas sustanciales, que afectan tanto los mercados internos como de exportación.
A finales de los años 40, ya se estableció la importancia del saneamiento del ganado frente a las principales epizootias animales para reducir las pérdidas económicas, proteger la salud humana y aumentar la producción de forma eficaz.
Ante estos desafíos, la Unión Europea ha priorizado la mejora del estatus sanitario del ganado, implementando medidas preventivas y reforzando acciones para combatir las enfermedades del ganado. Con el objetivo de reducir la incidencia de ciertas enfermedades y minimizar el impacto de sus brotes, ha establecido diversos programas:
Los programas de erradicación son esenciales en la lucha contra las principales enfermedades que afectan a la cabaña ganadera, e incluyen medidas como la vacunación y el análisis de los animales, el sacrificio de los animales positivos y la higienización de las instalaciones.
La Ley 8/2003 de Sanidad Animal, el Real Decreto 2611/1996 y el Real Decreto 389/2011 regulan estos programas a nivel nacional, estableciendo las obligaciones en la lucha, control y erradicación de enfermedades animales, así como el derecho de indemnización que corresponde cuando un animal afectado tiene que ser sacrificado. A principios de este año, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) anunció varios de los planes de control para 2024, que incluyen la erradicación de la tuberculosis bovina, la lengua azul y las encefalopatías espongiforme bovina (EEB) y de los pequeños rumiantes (scrapie), entre otros.
El saneamiento ganadero es la herramienta para la aplicación y ejecución de los programas de erradicación y su efectividad requiere una estrecha colaboración entre veterinarios, ganaderos y autoridades sanitarias. Se lleva a cabo a través de un conjunto coordinado de acciones diseñadas para mantener o mejorar la salud de las poblaciones animales dentro de una región o país. Estas acciones incluyen:
En España, cada Comunidad Autónoma establece sus propias campañas de saneamiento de carácter obligatorio, que articulan los programas nacionales de erradicación.
Tras la realización de las campañas de saneamiento, las explotaciones ganaderas reciben una calificación sanitaria que determina su estado de salud. Esta calificación no solo influye en la gestión interna de la granja, sino que indica la capacidad de movimiento de animales y el acceso a mercados, tanto nacionales como internacionales.
La erradicación de enfermedades animales es un reto complejo y a futuro que exige esfuerzos continuados. Aunque el proceso de saneamiento hasta adquirir la calificación de “oficialmente libre de una enfermedad” es largo y costoso, las victorias alcanzadas desde la puesta en marcha de las primeras campañas de saneamiento en España en la década de los 50 ponen de manifiesto su eficacia.
Por ejemplo, Asturias está declarada zona oficialmente libre de varias enfermedades como la leucosis bovina enzoótica, la brucelosis bovina, ovina y caprina, y la perineumonía contagiosa bovina. Además, desde 2021, también es oficialmente indemne a la tuberculosis bovina. En el País Vasco, después de 40 años de implantación generalizada de campañas de saneamiento, se han erradicado la tuberculosis bovina y la brucelosis ovina y bovina. También, tras 25 años de la aplicación homogénea de programas de erradicación a través de campañas de saneamiento ganadero, España fue declarada por la Comisión Europea oficialmente indemne de brucelosis ovina y caprina en 2021. Este logro se amplió en 2022 cuando también fue reconocida como libre de brucelosis bovina.
Estos triunfos revelan la importancia de la perseverancia en las campañas de saneamiento y la colaboración entre todas las partes involucradas.