La mejora genética y los avances en manejo, nutrición y condiciones sanitarias han logrado que las explotaciones ganaderas tengan hoy mayor tamaño y un rendimiento productivo superior. El proceso del ordeño necesita adaptarse a esta nueva situación, y debido a esta situación aparece el robot de ordeño.
El ganadero moderno se enfrenta a enormes retos, como maximizar la rentabilidad de las explotaciones debido al bajo precio de la leche y el elevado coste de las materias primas, o los cambios de la normativa de ordenación ganadera, que buscan regular el sector para adaptarlo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente, el bienestar animal y la bioseguridad.
Para hacer frente a la gestión económica y técnica de la granja, el ganadero necesita delegar tareas rutinarias, e invertir la mayor parte del tiempo posible en la dirección de la empresa.
La automatización de procesos consiste en aprovechar la tecnología para crear sistemas de información que permitan analizarla de forma más rápida y precisa para tomar decisiones. Se pueden instalar sensores en los animales para ayudar en la detección de celos, partos o cojeras, por ejemplo.
Aunque no son una solución universal ni sirven para todas las explotaciones, los principales motivos que impulsaron la instalación del robot de ordeño fueron los siguientes:
Gracias a los robots de ordeño se puede automatizar una parte o la totalidad del ordeño para mejorar la gestión, garantizando la producción, calidad e higiene de la leche, y el bienestar de las vacas.
Los robots de ordeño son equipos avanzados que incorporan una máquina de ordeño con sistemas de detección automática de cada vaca. También se conocen como sistemas de ordeño automático o AMS por sus siglas en inglés.
Tienen una puerta de entrada que se abre cuando detecta que una vaca entra de forma voluntaria a ordeñarse. Las vacas deben portar un sistema automático de identificación para detectar y registrar las entradas y ordeños. El robot apoya la alimentación de cada vaca con suplementación individual de concentrado, que le resulta muy atractiva, por lo que acudirá al robot a ordeñarse y a alimentarse.
Una vez que la vaca está dentro del robot, las pezoneras detectan los pezones por sistemas ópticos y se conectan de forma similar a la manual. El ordeño se lleva a cabo por vacío y masaje igual que en las máquinas de ordeño convencionales, y las pezoneras se sueltan al detectar la caída del flujo de leche. Al terminar, se aplica el baño de pezones y se abre la puerta para liberar a la vaca.
Para instalar un robot de ordeño en una explotación se necesita una adaptación y formación previas. Las vacas deben aprender a utilizarlo y las granjas deben cumplir unos requisitos de producción, manejo por lotes, y conformación de las ubres.
El robot de ordeño presenta algunas ventajas frente a las salas de ordeño tradicionales:
Los robots de ordeño también presentan algunas cuestiones a tener en cuenta. No todas las vacas se adaptan; el hecho de instalar un robot no es un sinónimo de poder despreocuparse de ellas, sino que hay un porcentaje de las que es necesario estar pendiente porque no entran un número de veces suficiente y se pueden quedar sin ordeñar.