La mastitis es una de las enfermedades más frecuentes y con mayores costes en las granjas de vacuno lechero. Tradicionalmente la mastitis clínica se ha tratado con antibióticos, pero es importante tener en cuenta que actualmente hay una presión internacional creciente para reducir el uso de estos, debido al problema global de la resistencia a los antibióticos. Una opción interesante y más racional podría ser el uso de forma exclusiva de un antiinflamatorio, el ketoprofeno, en ciertos casos.
En los últimos años se ha demostrado que no siempre es necesario usar antibióticos para tratar la mastitis clínica en vacas lecheras, especialmente en algunos casos leves o moderados. Investigaciones anteriores han señalado que los antibióticos son realmente necesarios cuando hay microorganismos grampositivos involucrados. Por otro lado, si no se detectan patógenos o si se trata de mastitis causada por bacterias gramnegativas, es posible que no se necesiten antibióticos porque esos casos tienden a resolverse por sí solos. Dado que el uso de antibióticos está destinado a lograr la curación bacteriológica, solo deberían aplicarse si realmente mejoran los resultados en comparación con la curación espontánea. Las infecciones leves causadas por gramnegativos tienen altas tasas de curación espontánea, y el tratamiento antibiótico no mejora notablemente los resultados.
La legislación actual en la Unión Europea busca reducir el uso de antibióticos en animales, como parte de los esfuerzos para minimizar las resistencias. En este ambiente se ha desarrollado el concepto de “terapia dirigida” para la mastitis. Esta estrategia se basa en la valoración conjunta del uso de diagnósticos microbiológicos rápidos en la granja y la consideración del estado clínico de la vaca, lo que puede permite reducir el uso de antibióticos sin afectar la eficacia del tratamiento.
Hay que tener en cuenta que en esta estrategia siempre se recomienda utilizar antiinflamatorios no esteroideos en todos los casos de mastitis clínica, ya que no solo mejoran la recuperación clínica, sino que también favorecen el bienestar del animal. Aunque se podría cuestionar si disminuir el proceso inflamatorio complica la curación de la glándula mamaria infectada, hay estudios en modelos animales que han evidenciado que el ketoprofeno puede incluso potenciar la respuesta inmunitaria y reducir la inmunosupresión durante la infección. De hecho, el ketoprofeno ha demostrado buenos resultados cuando se usa con antibióticos. Por lo tanto, en algunos casos no graves de mastitis, comenzar el tratamiento solo con ketoprofeno puede ser una alternativa válida y un primer paso hacia una terapia más racional y basada en la evidencia. Hay que tener en cuenta también que llevar a cabo este enfoque más selectivo presenta un reto organizativo para la granja y cierta inversión, ya que hace falta reorganizar rutinas de trabajo e invertir en diagnósticos microbiológicos. Aun así, empezar un tratamiento con ketoprofeno siempre será una decisión flexible: si el animal no mejora, se puede empezar el tratamiento antibiótico convencional un poco más adelante.
Estudio
Un estudio realizado en Alemania y publicado en 2025 ha analizado si el ketoprofeno puede ser utilizado como tratamiento inicial único en casos de mastitis no grave (leve o moderada), retrasando el uso de antibióticos hasta que no haya mejoría clínica. El objetivo principal fue comparar el éxito clínico (curación clínica, curación bacteriológica, recaídas de mastitis en 60 días y el riesgo de nuevas infecciones, además de cuantificar la reducción del uso de antibióticos y la leche descartada).
El estudio se llevó a cabo en tres granjas lecheras del norte de Alemania entre noviembre de 2022 y noviembre de 2023. Se incluyeron 222 casos de mastitis en un solo cuarterón en vacas frisonas, clasificados como casos leves o moderados. Las vacas se dividieron en dos grupos:
- Grupo antibiótico: tratamiento convencional con antibióticos intramamarios (cefalexina y kanamicina).
- Grupo ketoprofeno: tratamiento con ketoprofeno (tres inyecciones intramusculares en 24 horas), y antibióticos solo si no mostraban mejoría en tres días.
No se encontró una diferencia significativa en el historial de recuento de células somáticas entre ambos grupos de tratamiento (antibiótico y ketoprofeno), lo que significa que estaban equilibrados en este aspecto antes del tratamiento, sugiriendo que el recuento de células somáticas no influyó en las diferencias observadas en los resultados.
Resultados
- Curación clínica: el análisis de los datos mostró que el grupo antibiótico tuvo una tasa de curación clínica al día 5 significativamente más alta (84,7%) en comparación con el grupo ketoprofeno (61,5%). Esta diferencia fue aún más notable en las infecciones por estreptococos, donde el grupo antibiótico registró una tasa de curación del 85%, mientras que el grupo ketoprofeno llegó solo al 37%.
- Curación bacteriológica: el grupo antibiótico logró un 79,3%, mientras que el grupo ketoprofeno se quedó en el 61,2%. Esto indica que, aunque el ketoprofeno puede aliviar los síntomas, el efecto final de eliminación del agente causante es menor.
- Recaída de la mastitis en los siguientes 60 días: el grupo ketoprofeno presentó una tasa del 15,7%, más del doble que el grupo antibiótico (7,3%).
- Riesgo de nuevas infecciones: este parámetro, sin embargo, fue similar en ambos grupos (6,8% antibiótico vs. 6,7% ketoprofeno), lo que indica que ninguno de los tratamientos afectó significativamente la susceptibilidad futura.
- Reducción del uso de antibióticos y leche descartada: una de las principales ventajas del tratamiento con ketoprofeno fue una disminución considerable en el uso de antibióticos: solo el 14% de las vacas tratadas con ketoprofeno necesitaron antibióticos posteriormente, lo que representa una disminución del 86% en comparación con el grupo antibiótico. Además, el grupo de ketoprofeno produjo un 35,9% menos de leche descartada por tiempo de supresión, lo que contribuyó a reducir las pérdidas económicas.
Interpretación e implicaciones
Aunque el tratamiento con ketoprofeno resultó ser menos efectivo en términos de curación clínica y bacteriológica, su capacidad para reducir el uso de antibióticos y la cantidad de leche desechada lo convierte en una opción válida en ciertos casos. En particular, podría usarse en vacas con mastitis y sin patógenos detectables o con infecciones por bacterias gramnegativas, que por lo general tienden a resolverse sin necesidad de antibióticos.
Los autores subrayan que este enfoque requiere un sistema de diagnóstico rápido en la granja (por ejemplo, cultivos microbiológicos rápidos) y el compromiso del personal. También destacan que las infecciones por patógenos grampositivos, sobre todo estreptococos, necesitan antibióticos para tratarse eficazmente. Usar solo ketoprofeno también reduce significativamente la leche descartada, lo que no solo tiene beneficios económicos (menores costos de producción, menos documentación y manejo), sino también ambientales.
Conclusiones
- Usar ketoprofeno como tratamiento inicial único en mastitis leve sin patógenos detectables o causada por bacterias gramnegativas reduce el uso de antibióticos y la leche descartada, aunque su eficacia clínica es menor en comparación con los antibióticos en el caso de infecciones por bacterias grampositivas. Es una estrategia prometedora cuando se combina con un diagnóstico dirigido y puede formar parte de un enfoque integral para disminuir la presión de antibióticos en la producción de leche.
- Este estudio proporciona una evidencia con carácter práctico que puede ayudar a adaptar los protocolos de tratamiento hacia modelos más racionales, siempre que se mantenga un seguimiento clínico y bacteriológico para evitar fallos en el tratamiento.
Referencia:
- V. Krömker; U. Falkenberg; N. Went; Y. Zhang; S. Leimbach; J. Nitz; P. Gisbert and F. Nankemann. Ketoprofen as the sole initial treatment for non-severe bovine mastitis: efficacy and antibiotic reduction. J. Dairy Sci. TBC. https://doi.org/10.3168/jds.2024-25850

Acerca del autor
Antonio Jimenez
Veterinario con 10 años de experiencia como veterinario de campo y 17 años en la empresa de Salud Animal Ceva. A Antonio le gusta viajar, la naturaleza y el submarinismo.
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