Las razas ovinas del levante español

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Los ovinos que encontramos en la zona este de nuestro país, especialmente Cataluña y la Comunidad Valenciana, destacan por su mezcla de sangre peninsular, francesa y africana, debido a su contacto a través de los Pirineos y del mar Mediterráneo. Todas las razas que describimos en este artículo se consideran amenazadas.

Nueva llamada a la acción

La oveja que pasta los Pirineos: la Xisqueta

Esta raza tiene varios nombres: Xisqueta, por su tamaño mediano-pequeño, Pallaresa, por las comarcas donde se origina y mayoritariamente se cría (Pallars Jussà y Pallars Sobirà, en los Pirineos de Lleida), y Ullada por su tipo de pigmentación a manchas. Es descendiente puro del Ovis aries ibericus, la variedad de ovino primitivo que habitaba la Península Ibérica procedente de Asia Central. La potencia de esta genética se puede observar en que, a pesar de los siglos que han pasado desde su separación por España, las cuatro razas que quedan de este grupo (la Ojinegra de Teruel, la Ojalada, la Montesina y la Xisqueta) son prácticamente idénticas entre sí.

Actualmente su zona de cría se ha reducido hacia las zonas más montañosas del Pirineo. Se cría en sistemas extensivos, aprovechando en verano pastos de altura de difícil acceso, incluso bajo la nieve, y de baja calidad. Esta labor que desempeña ayuda a prevenir incendios, especialmente valioso en los parques nacionales de la zona (Parque Nacional Sant Maurici - Aigues Tortes y Parc Natural de l’Alt Pirineu), y también ayuda a mantener en buen estado las pistas de esquí durante la época de calor.

Es muy precoz, alcanza la madurez con solo 6 meses de edad, no se usa inseminación artificial y produce un cordero ligero de tipo recental, pequeño pero de engrasamiento temprano. Se ha solicitado que entre en la IGP Ternasco de Aragón, ya que casi la mitad de los ejemplares adultos censados (25.000 de 63.000) se encuentran en Huesca.

Rebaño de ovejas de raza Xisqueta

La oveja Xisqueta es más pequeña que sus vecinas, de ahí su nombre. Se ha solicitado que la raza entre a formar parte de la IGP Ternasco de Aragón.

 

La Aranesa tiene sangre francesa

La raza Aranesa recibe su nombre del valle de Arán, donde se origina, y guarda un estrecho parecido con la raza francesa Tarasconaise o Tarasconesa. Se cree que ejemplares de esta raza se cruzaron con Merinos y otras ovejas españolas a lo largo de los siglos, y así se formó la raza. Son animales bastante grandes, de cabeza grande con cuernos los machos y muchas hembras, y extremidades largas y fuertes con buena conformación cárnica. Hay seis variedades de color: blanca, negra, bereta, capirroja, mascarda (moteada en negro) y oelhinera (moteada en rojo).

El censo es reducido, de menos de 4.000 adultos reproductores, y se distribuye en explotaciones de pequeño tamaño en su mayoría no profesionales. Los ganaderos de la región las crían por nostalgia y conservacionismo y para obtener corderos con buenas conformaciones, de tipo recental.

La Ripollesa puede tener corderos todo el año

La raza Ripollesa, también llamada Queralpina, Pirenaica, Burguedana o Solsones, recibe sus múltiples nombres de las comarcas o valles donde se cría, en el extremo sureste de Cataluña. Su origen está sobre todo en las provincias de Barcelona y Girona (por ejemplo, la comarca del Ripoll), aunque actualmente está presente en todas las provincias catalanas.

Se cree que desciende de razas del Pirineo cruzadas con Merinos, lo que le da a su vellón entrefino cualidades de cerrado y bastante extendido, formando moña. Es blanca con manchas dispersas negras o rojas de extensión y tamaño variables, y posee una característica cola muy larga y posibles cuernos en ambos sexos. Por caprichos de la genética es sorprendentemente parecida físicamente a la Colmenareña, con la diferencia de que aquella es de lana basta.

Las hembras se crían en sistemas semi-extensivos, con una explotación “base” desde donde salen a pastar cada día y desde donde antiguamente se desplazaban para realizar la trashumancia de corta distancia; hoy se provee forraje y pienso en la propia explotación en caso de necesidad. El número de estas hembras, algo menos de 15.000, tiene en el bosque prepirenaico un importante papel ambiental. Su fertilidad no sufre un bajón estacional, lo que permite obtener partos todo el año, bastante dispersos si no se utilizan técnicas de sincronización.

El producto principal de su explotación es el cordero tipo ternasco, que se trasporta a cebaderos tras el destete, con buenos índices de crecimiento (conversión del alimento, engorde diario…). Un producto secundario es la cuajada o requesón típico de Cataluña, el mató.

Una raza única, en peligro de extinción

La raza Guirra, también llamada Roja Levantina o Sudat, recibe su nombre de su piel roja intensa oscura o de su vellón blanco que produce mucho sebo protector (suarda), lo que le da un aspecto aceitoso y oscuro. Su origen genético lo encontramos en las razas del norte de África y particularmente en la raza Bení Ahsen en la costa Atlántica de Marruecos.

Como es de esperar, la adaptación de la raza a climas tan calurosos hace que sea muy rústica y sobreviva en condiciones de sequía y pobreza nutricional de los suelos. Los ganaderos también aprovechan los subproductos agrícolas para alimentarlas. Las hembras son fértiles todo el año y tienen una producción lechera buena, que se emplea directamente para alimentar a los corderos. Los corderos no salen a pastar, sino que se ceban hasta las 3 o 4 meses (codero pascual). El censo es reducido, menos de 4.000.

La Cartera: una Rasa Aragonesa con lana Merina

La raza Cartera es una raza cruzada relativamente reciente, fruto del cruce de Merino con Rasa Aragonesa en el siglo XIX con el objetivo de mejorar la lana de la segunda. Este cruzamiento fue llevado a cabo por Bernabé Martín Vicente, apodado “El Cartero” (de ahí el nombre de la raza). Es de tamaño mediano, piel y lana blancas, con una característica papada y moña. Las hembras sufren un prolongado anestro estacional, hasta seis meses.

La raza se distribuye sobre todo por Teruel y Castellón: actualmente solo hay 11 explotaciones, todas ubicadas en Aragón, con unos 8.000 ejemplares, la mitad de las cuales todavía realizan la trashumancia en invierno a las provincias costeras levantinas de clima más suave alimentándose de pastos de la montaña turolense (colaborando así con la prevención de incendios). Los terneros que se obtienen son de tipo ternasco/recental, no incluidos dentro de la IGP Ternasco de Aragón.

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Equipo Ceva Salud Animal

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