España cuenta con una rica diversidad de razas caprinas autóctonas y foráneas que se han adaptado a distintos entornos agroclimáticos a lo largo de los siglos. Esta variedad genética no solo constituye un valioso patrimonio zoogenético, sino que es la base de una producción lechera caprina de alta calidad, clave para la elaboración de quesos artesanales y con denominación de origen.
La esperanza de vida media de una cabra es de 8 a 12 años. Sin embargo, su vida productiva se concentra generalmente entre los 2 y los 7-8 años de edad, dependiendo de la raza y del manejo.
A continuación, se presenta una selección de las 10 mejores razas de cabras lecheras en España, evaluadas por su capacidad productiva, rusticidad, calidad de leche y relevancia en el sector.
1. Murciano-Granadina
Es la raza lechera por excelencia en España y una de las más valoradas a nivel internacional. Originaria del sureste peninsular, destaca por su elevada producción de leche, que puede superar los 600 litros por lactación, con un alto contenido en grasa y proteína. Su adaptabilidad a sistemas intensivos y semi intensivos la convierte en una opción preferente en explotaciones tecnificadas.
2. Malagueña
La cabra malagueña es una de las razas autóctonas más reconocidas por la calidad de su leche. Su producción media se sitúa en torno a los 500 litros por lactación, con niveles notables de caseína, lo que la hace ideal para la elaboración de quesos como el de cabra malagueña o el queso de Málaga. Tiene un temperamento dócil y se adapta bien tanto al pastoreo como al manejo en estabulación.
3. Florida
Con una clara vocación lechera, la raza Florida ha sido seleccionada por su productividad y calidad de leche. Es habitual encontrar ejemplares que alcanzan producciones cercanas a los 700 litros por lactación. Esta raza se encuentra en auge, especialmente en Andalucía y Castilla-La Mancha, y su fenotipo moderno está muy bien adaptado a sistemas intensivos.
4. Majorera
Procedente de las Islas Canarias, principalmente Fuerteventura, esta raza autóctona destaca por su rusticidad y su capacidad para producir leche en condiciones áridas. Aunque su producción es menor (300-400 litros por lactación), la calidad de su leche es excelente, siendo la base de quesos con DOP como el Queso Majorero.
5. Palmera
Otra raza canaria, en este caso originaria de La Palma, cuya leche es muy apreciada para la producción artesanal. Aunque su volumen de leche es inferior a otras razas especializadas, su rusticidad y adaptación a la orografía insular la convierten en un pilar de la ganadería local.
6. Cabra de Guadarrama
Originaria de la Comunidad de Madrid y zonas limítrofes, la cabra de Guadarrama combina una aceptable producción lechera (350-500 litros por lactación) con una gran resistencia a climas fríos y escarpados. Es una raza en recuperación, muy valorada en producciones extensivas.
7. Blanca Andaluza (Serrana)
Se adapta a zonas de montaña, especialmente en Andalucía oriental. Su leche es rica en sólidos y grasa, lo que favorece su utilización en queserías locales. Su producción varía entre 300 y 400 litros por lactación.
8. Bermeya
Esta raza asturiana se ha revalorizado por su papel en el mantenimiento del ecosistema de montaña. Aunque su producción de leche es modesta (200-300 litros), tiene una composición excelente para el queso artesanal. Se está fomentando su uso dentro de modelos de ganadería sostenible.
9. Payoya
Natural de la Sierra de Cádiz y Málaga, esta raza está detrás del famoso queso Payoyo. Su leche es especialmente rica en extracto seco y grasas, lo que le confiere cualidades organolépticas destacables. La producción se sitúa entre 400 y 500 litros por lactación.
10. Alpina
Raza foránea de origen suizo muy utilizada en programas de cruce industrial o como línea pura en explotaciones intensivas. Puede alcanzar producciones de más de 800 litros por lactación, lo que la sitúa como una de las cabras más productivas del mundo. Su manejo, sin embargo, requiere mayor tecnificación.
Conclusión
La riqueza genética del caprino español permite una oferta variada que abarca desde sistemas intensivos altamente tecnificados hasta ganadería extensiva ligada al territorio. Las razas autóctonas, además de ofrecer productos de gran calidad, desempeñan un papel crucial en la conservación del medio rural, el mantenimiento de ecosistemas y la valorización del patrimonio gastronómico español.
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