España cuenta con un gran patrimonio ganadero, principalmente en ganado vacuno, ya que, según la Real Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto, FEAGAS, nuestro país posee 46 razas de bovino (la segunda más numerosa, después del ovino, que cuenta con 52 razas). De este modo, la variedad es importante, y en muchos casos está marcada por las diferencias que la orografía y los territorios han caracterizado en las especies.
De las 46 razas de vacuno que hay en España, 40 son autóctonas y seis integradas. Según el Real Decreto 2129/2008 del 26 de diciembre de 2008, se define como raza autóctona española aquella que "se ha originado en España". Asimismo, las razas autóctonas españolas se pueden diferenciar en dos tipos: las de fomento, que son las que por su censo y organización se encuentra en expansión; y las razas en peligro de extinción, que son las que se encuentran en grave regresión o en trance de desaparición.
Por otra parte, se consideran como razas integradas a las que, siendo oriundas de otros países, se han incorporado al patrimonio ganadero español desde hace más de 20 años, poseen una genealogía conocida, un control de rendimiento determinado y cuentan con un número de animales reproductores que permite desarrollar un programa de mejora.
En nuestro país, las razas de vacuno integradas son: Blonda de Aquitania, Charolesa, Fleckvieh, Frisona, Limusina y Parda. Por su parte, las razas de vacuno autóctonas son: Albera; Alistana Sanabresa; Asturiana de Montaña; Asturiana de los valles; Avileña Negra Iberica; Avilñea Negra Ibérica Variedad Bociblanca; Berrenda en Colorado; Berrenda en Negro; Betizu; Blanca Cacereña; Bruna de los Pirineos; Cachena; Caldelá; Canaria; Cardena; Andaluza; Frieiresa; Lidia; Limiá; Mallorquina; Marismeña; Menorquina; Monchina; Morucha; Morucha variedad negra; Murciana Levantina; Negra Andaluza; Pajuna; Pallaresa; Palmera; Parda de Montaña; Pasiega; Pirenaica; Retinta; Rubia Gallega; Sayaguesa; Serrana negra; Serrana de Teruel; Terreña; Tudanca y Vianesa.
Es importante destacar que de estas 40 razas autóctonas españolas, 32 se encuentran en peligro de extinción, por lo que el amplio patrimonio genético del vacuno español se encuentra en riesgo de mantenimiento.
Razas de fomento
Las razas de vacuno fomento en nuestro país son ocho:
La raza Asturiana de los Valles, una de las más extendidas en España, con presencia en, al menos, doce comunidades autónomas, aunque los mayores censos se encuentran en las regiones de la Cornisa Cantábrica, Castilla León y Extremadura. Se trata de una raza ideal para su cría en extensivo, ya que sus ejemplares destacan por su rusticidad y docilidad. Dichos animales se distinguen por su capa color castaño. Es una raza muy orientada a la producción cárnica y su carne se puede comercializar bajo la IGP “Ternera Asturiana”.
La Avileña Negra Ibérica también es una raza muy rústica que se diferencia por su resistencia a las enfermedades y su elevada fertilidad. Se distinguen claramente por su capa negra y se pueden encontrar en zonas de montaña, sierras y dehesas. Es una de las razas con las que se sigue practicando la trashumancia y su producción se destina a carne, contando con la marca de calidad Indicación Geográfica Protegida Carne de Ávila.
La raza de Lidia se cría y selecciona con el objetivo singular de la lidia en espectáculos taurinos y su posterior aprovechamiento de la carne en mataderos. Aunque se puede encontrar en prácticamente todas las regiones españolas, el ganado de lidia tiene una mayor implantación en las dehesas de Andalucía y Extremadura, ya que se cría en extensivo.
La raza Morucha es un bovino destinado a la producción de carne, muy común en las provincias de Salamanca y Cáceres, principalmente, en régimen extensivo en las dehesas. También cuenta con una marca de calidad que diferencia su carne: la IGP Carne de Morucha.
La Parda de Montaña es una raza de formato medio con tendencia a grande, con piel de color pardo uniforme. Se puede encontrar en diferentes regiones de la mitad norte de España y, normalmente, se produce en sistemas de semiextensivo (estabuladas en invierno y al aire libre, en los puertos de alta montaña, en verano).
La raza Pirenaica está muy arraigada a las tradiciones y costumbres del Pirineo Occidental (País Vasco, Navarra y Huesca). Es una raza muy rústica y dócil, siendo una de sus característica su gran masa muscular y su capa de color trigueño. Las explotaciones de este tipo de ganado suelen ubicarse en la montaña bajo un régimen mixto de pastoreo y estabulación.
La raza Retinta se reconoce por su capa de color rojo, suele criarse en extensivo (en las dehesas de Andalucía, Extremadura, Castilla y León, y Castilla La Mancha) y su producción se destina a carne, que cuenta con la marca "Carne de Retinto", perteneciente a la Asociación Nacional de Criadores de Ganado de Vacuno Selecto de Raza Retinta.
Para terminar, la Rubia Gallega se puede encontrar en el noroeste de España y el destino de su producción es, principalmente, cárnico. Suelen ser animales muy mansos y maternales, con una importante longevidad. Su carne se puede comercializar bajo la Indicación Geográfica Protegida "Ternera Gallega".
Aunque estas ocho razas de bovino son las que en España se encuentran en expansión por sus destacadas aptitudes para la cría y la producción cárnica, sería importante continuar e impulsar aquellas medidas que ayuden a mantener la amplia diversidad de razas autóctonas españolas de bovino que siguen en peligro de extinción.
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