La alimentación del ganado es un factor esencial en una granja, no solamente para los animales, sino también para el ganadero y gestor de la misma, ya que es uno de sus principales costes con el que se debe cubrir las necesidades energéticas del animal, mantenerlo en un buen estado de salud y, evidentemente, conseguir una buena respuesta productiva.
Esta cuestión aún es más importante en los animales dedicados a la producción láctea, ya que tanto la cantidad como la calidad de la leche (donde el nivel de materia grasa es importante), dependen en gran medida de la alimentación del ganado.
Las ovejas dedicadas a la producción láctea necesitan, en mayor o menor medida, en función de su estado y fase de reproducción, de esta serie de alimentos:
El ovino de leche puede alimentarse de forrajes pastando en el campo, una labor fundamental que realizan este tipo de rumiantes. Sin embargo, tanto para el ganado que sale al campo como para el que se mantiene estabulado en la granja, los piensos alimenticios son muy importantes.
El ganadero puede mezclar estos concentrados junto con cereales y forrajes mediante el unifeed, siempre y cuando se tenga en cuenta las proporciones de cada tipo de alimento en función de la situación del ganado, ya que las necesidades alimentarias de una oveja preñada no son las mismas de una que está en la fase de producción o que está en el periodo seco.
Los forrajes son una parte muy importante de la alimentación de las ovejas lecheras, ya que suponen nutrientes como hidratos de carbono fibrosos y no fibrosos y proteínas. Estas últimas, las proteínas, son decisivas, pero hay que tener en cuenta que hay que aportarlas en su justa medida, puesto que tanto su exceso como su defecto pueden acarrear diferentes problemas en el ganado.
Por ejemplo: si el animal ingiere más proteínas que las precisas, puede tener riesgos de mastitis, problemas reproductivos, además del incremento del coste en la granja. Por su parte, un defecto de las mismas puede conllevar la producción lechera, y generar, también, problemas de fertilidad.
España es el cuarto país de la Unión Europea en ovino de leche, siendo Castilla León y Castilla La Mancha las dos regiones que más destacan en esta ganadería.
En los últimos años, el precio de los concentrados han llegado a niveles históricos en el sector, por lo que alimentar a una oveja lechera ha supuesto un mayor esfuerzo para el ganadero. Asimismo, en los últimos años, el precio de la leche de ovino también ha ido al alza, aunque en muchos casos, no ha sido lo suficiente para obtener un margen de producción suficiente debido, precisamente, al incremento de los costes de la alimentación.