La leche es uno de los alimentos más consumidos y apreciados por sus beneficios para la salud humana. La leche de cabra se consume en todo el mundo. En los países asiáticos, sobre todo en India, y en África, se prefiere en forma de leche líquida. En España se dedica sobre todo a la producción de queso de cabra y yogur, aunque su consumo como leche líquida está ganando popularidad. Este consumo es muy interesante, y es importante conocer las propiedades de la leche de cabra.
La leche de cabra está compuesta en su mayor parte por agua, con una suspensión de nutrientes que varían según la raza, la alimentación de las cabras, el nivel de producción, o el estado sanitario, entre otros.
Se trata de una leche muy digestible, gracias a la singular conformación de su grasa en partículas más pequeñas, a su proteína y a la facilidad con la que se coagula en el estómago.
Los elementos más destacables de la composición de la leche de cabra son los siguientes:
Proteína de alta calidad, de una estructura diferente a la de la leche de vaca.
Menos contenido en grasa que la leche de oveja.
Alto contenido en calcio.
Vitaminas A y B2, fáciles de asimilar.
Vitaminas B6 y B12, aunque en menor proporción que la leche de vaca.
La leche de cabra se considera un alimento altamente nutritivo y conveniente para la salud humana. Sus propiedades se conocen desde que se domesticó la cabra hace más de 10.000 años.
La leche es uno de los alimentos más recomendados como parte de una dieta rica y equilibrada. La de cabra es beneficiosa para la salud, ya que aporta gran cantidad de nutrientes en una proporción adecuada, es fácil y agradable de consumir y se puede incorporar como ingrediente en una amplia variedad de recetas.
La leche de cabra tiene un alto rendimiento para elaborar queso y yogur, que son tradicionales de la dieta mediterránea. Además, como tiene un sabor más suave que el de la leche de vaca y se procesa de la misma manera, cada vez tiene más demanda en forma de leche líquida para su consumo directo o como ingrediente en la cocina.
Ls propiedades de la leche de cabra hacen que tenga multitud de utilidades como alimento:
En ocasiones se recomienda como alternativa a la leche materna humana, pues su composición es la más parecida de todas las que hay disponibles en el mercado. En ocasiones se prescribe a niños lactantes que no tienen ocasión de seguir la lactancia materna y que no toleran los productos lácteos a base de leche de vaca.
Es apta para algunas personas que son alérgicas a la proteína de la leche de vaca, aunque deben ser supervisadas por un médico.
Los productos lácteos fermentados, como el queso o el yogur, tienen menos contenido en lactosa, por lo que a veces son adecuados para algunas personas intolerantes, siempre que lo haya indicado su médico. La leche de cabra sin fermentar no es apta para los intolerantes a la lactosa, ya que contiene lactosa al igual que la leche de vaca.
Se digiere con facilidad, por lo que se considera un buen alimento para las personas con problemas digestivos.
Es una excelente fuente de calcio para los niños en crecimiento o para reforzar el aporte de calcio a los huesos.
La leche de cabra está más concentrada que la de vaca, incluyendo la grasa y sus calorías, así que se debe tener en cuenta si se quiere controlar el peso para consumir una cantidad adecuada.
La leche de cabra también se emplea como ingrediente en productos cosméticos como jabones para las pieles sensibles.