El aborto enzoótico ovino es una enfermedad infecciosa que causa abortos en ovejas y cabras y que se caracteriza por su persistencia en el rebaño debido a la excreción y supervivencia de la bacteria en el medio. Además del adecuado manejo, el método profiláctico de elección es la vacunación con vacuna atenuada,
El aborto enzoótico ovino, también llamado aborto por clamidias o simplemente clamidiosis o clamidiasis ovina, es una enfermedad de distribución mundial que constituye el principal motivo de aborto infeccioso en ovejas y cabras, hasta del 50% de los casos, en países como Reino Unido, Francia, Holanda o Italia, así como en diferentes lugares de España. Está causado por la bacteria Chlamydia abortus y sus consecuencias económicas son importantes. Es peligrosa además, por ser una zoonosis profesional que afecta a las mujeres embarazadas que contactan directamente con un rebaño positivo.
La transmisión de la bacteria tiene lugar sobre todo por vía oral, con la ingesta de secreciones vaginales, restos de placenta o líquidos de los fetos abortados, o bien por vía venérea, lo cual hace de los carneros posibles transmisores.
El aborto se produce de 2 a 3 semanas antes de la fecha prevista del parto; en ocasiones, los corderos llegan a nacer, pero muertos o moribundos, debido a la acción directa de la bacteria o a que los daños en la placenta han impedido que les lleguen nutrientes suficientes para formarse adecuadamente.
Por su parte, la oveja casi nunca presenta signos clínicos, o éstos son muy inespecíficos; como mucho, en algún caso se observan cambios de conducta y secreciones vulvares durante las últimas 48 horas de gestación. La infección genera una respuesta inmunitaria que protege a la hembra de posteriores abortos y esta puede quedar gestante en la siguiente cubrición, pero seguirá excretando C. abortus al medio, donde sobrevive varios días. De esta manera, la infección se mantiene y se extiende en el rebaño.
Según la bibliografía, la infección genera una respuesta inmunitaria que protege a la hembra de posteriores abortos y esta puede quedar gestante en la siguiente cubrición, pero cada vez son más los casos o procesos de abortos por Chlamydia en granja donde hay animales que abortan dos veces seguida por esta patología.
En cuanto a las ovejas no gestantes en el momento de la infección, la bacteria queda en un estado latente que no estimula el sistema inmunitario, pero en cuanto la hembra quede preñada se reactivará y multiplicará, causando el aborto.
Si bien el aborto enzoótico ovino puede hasta cierto punto prevenirse con un buen manejo y tratarse con antibióticos, la vacunación con vacuna atenuada es sin duda el método profiláctico de elección.
Las técnicas de manejo como profilaxis frente a la infección por C. abortus tienen por objetivo impedir que entren en el rebaño animales infectados y que, una vez presente la infección, esta se propague. Esto se puede lograr manteniendo un sistema cerrado o asegurando una reposición procedente de granjas de confianza libres de la bacteria, pero si esto es imposible o no hay suficientes garantías los nuevos animales deberán mantenerse en cuarentena antes de mezclarse con los demás. Si en nuestro rebaño ya hemos detectado casos, se debe aislar de inmediato a las ovejas abortadas y retirar los restos del feto, desinfectar la paridera y cambiar la cama. Sin embargo, los portadores asintomáticos seguirán diseminando la bacteria.
En cuanto al uso de antibióticos, a veces se usa oxitetraciclina para reducir la incidencia de abortos y de muertes perinatales, pero no elimina a la bacteria y no evita que se excrete al medio durante el parto, pudiendo contagiar así a otras ovejas. Además, hay que considerar el uso responsable de antibióticos para evitar la aparición de resistencias y el problema de seguridad alimentaria debido a los residuos.
Así pues, la vacunación es el único método de profilaxis fiable por ser el más eficaz y seguro, ya que un primer contacto con el microorganismo genera una repuesta inmunitaria eficaz y suficiente para que la oveja no vuelva a sufrir problemas reproductivos en posteriores contactos con C. abortus.
Actualmente, existen dos tipos de vacunas comercializadas contra el aborto enzoótico ovino: las inactivadas y las atenuadas.
*Chalmers et al, 1997. Use of a live chlamydial vaccine to prevent ovine enzootic abortion.
**Montbrau et al, 2020. Evaluation of the Efficacy of a New Commercially Available Inactivated Vaccine Against Ovine Enzootic Abortion. Frontiers in veterinary science.
Las vacunas inactivadas, que contienen el microorganismo “muerto”, fueron las primeras en utilizarse, en la década de los 50. Su uso es problemático ya que, aunque disminuye la incidencia de abortos en el rebaño, si el animal se infecta no impide la excreción de bacterias durante el parto, favoreciendo la persistencia de la infección en la explotación. Además, su efecto dura poco y obliga a una revacunación anual.
En cambio, las vacunas atenuadas, más modernas, han demostrado una gran efectividad generando un doble efecto: evitar los abortos y disminuir notablemente la excreción de bacterias al medio.
Consejos y detalles a tener en cuenta:
No olvidar que los abortos pueden ser debidos a otras causas; lo ideal es confirmar laboratorialmente la presencia de abortus en muestras fetales.