El fallo reproductivo en los ganados ovinos supone una de las principales preocupaciones de los ganaderos del sector. En este artículo señalaremos los problemas reproductivos de las ovejas que se presentan con mayor frecuencia, profundizando en las principales enfermedades infecciosas.
Principales causas de fallo reproductivo en el sector ovino
Consideramos que existe un fallo reproductivo en un ganado cuando existe una baja tasa de preñez en las hembras (menor al 90%) o hay una elevada mortalidad de los terneros en la primera semana post-parto (mayor al 15-25%).
Los principales problemas reproductivos que se presentan en el sector ovino son los siguientes:
- Presencia de los machos con las hembras. Cuando se introducen machos dentro de un ganado de ovejas hembras se produce un aumento de ovulaciones en las hembras, subiendo de este modo la posibilidad de que se produzcan embarazados.
- Comportamiento de los machos. En la línea del anterior punto, otro factor muy importante es el comportamiento sexual de los carneros. Según diversos ensayos nacionales e internacionales, las hembras que están en contacto con machos de un alto nivel sexual tienen un porcentaje más elevado de ovulaciones que cuando están con machos poco activos.
- Factores estresantes del manejo ganadero, como que haya espacio insuficiente en cuadras o las ovejas se golpeen en las entradas o salidas de la sala de ordeño; problemas en el transporte o la esquila. Como para producirse la reproducción es necesario que se produzcan ciertos procesos hormonales específicos, éstos pueden ser afectados por el incremento de adrenalina ante un evento estresante.
- Alimentación. La alimentación es la base del bienestar de todo ser vivo y, por supuesto, si no se realiza de forma correcta afectará a la reproducción del ganado. Por ello, se debe prestar atención a que las ovejas no presenten déficits nutricionales y tengan bien equilibradas sus raciones, además de vigilar que no consuman plantas tóxicas y cuidar los estrógenos en la comida.
- Estacionalidad sexual. Algunas razas ovinas tienen su fertilidad estrechamente ligada a determinadas estaciones del año. Un ejemplo son las razas británicas como la Black Face, que son fértiles desde mayo a julio.
- Temperatura ambiente. El estrés por calor o frío en las ovejas puede tener efectos negativos en todos los momentos del proceso reproductivo, ya sea en producir anestro en las hembras, descensos en las posibilidades de fertilizar los óvulos e, incluso, afectar en la supervivencia y desarrollo del embrión.
- Edad de la hembra. Al igual que en todas las especies, la fertilidad varía a lo largo de la vida de la oveja. A grandes rasgos, se sitúa en el 45-75% durante el primer año, sube al 85-95% entre los 4-6 años y desciende al 60-80% a partir de los 9 años de edad.
- Enfermedades infecciosas, como la tricomoniasis, listeriosis fiebre del Rift, chlamydia, toxoplasmosis o la fiebre Q.
¿Qué enfermedades infecciosas causan el mayor número de abortos?
Las enfermedades infecciosas que se encuentran a la cabeza de causar el mayor número de abortos en ovejas son la Chlamydia abortus y la Fiebre Q.
Es una enfermedad que se encuentra de forma latente en la hembra hasta que se produce la gestación. Produce el aborto a término en hembras gestantes, la mortalidad perinatal en los corderos o el nacimiento de corderos débiles.
Además, los animales continúan excretando el patógeno durante un tiempo tras el parto, produciendo así el contagio de otros animales.
La Fiebre Q puede producir abortos durante todo el periódo gestativ, además de una endrometritis que pueden causar la muerte del animal o infertilidad. También produce partos prematuras con crías muy débiles.
El contagio se puede producir a través de aerosoles contaminados que se generan a partir de placentas infectadas y secreciones del animal infectado.
Los problemas reproductivos en ovejas pueden tener una causa multifactorial, con lo cual los ganaderos deberán velar siempre por el bienestar de sus animales a cargo con tal de generar un clima adecuado y seguro para la reproducción. En el caso de las enfermedades infecciosas, la mejor opción siempre será mantener al ganado con las vacunas necesarias y en regla para poder protegerlos de los patógenos amenazantes.