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¿De qué o de quién depende el precio de la lana?

Escrito por Equipo Ceva Salud Animal | Sep 20, 2022 11:12:35 AM

La especie ovina está extendida mundialmente, por lo que encontraremos muchos países en los que habrá mercado lanero. Sin embargo, algunos países tienen más impacto que otros sobre la compraventa y el precio de la lana, y los posibles compradores tienen acceso a un mercado globalizado interconectado en el que los precios fluctúan por múltiples factores.

Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica llevan la batuta

Australia y China son los dos países del mundo con mayor cantidad de cabezas de ganado ovino, y compiten por el puesto de primer país productor del mundo en volumen de lana sucia. Sin embargo, a la hora de convertir estas toneladas a lana limpia nos encontramos con algo sorprendente: mientras que de la lana australiana se pierde solo un 30% de peso, de la lana china se desaprovecha hasta un 60%. Esto se traduce en que Australia es el indiscutible líder en producción de lana limpia, con unas impresionantes 227.960 toneladas en 2021. Comparativamente, en este mismo año en España produjimos 9.675 toneladas.

Australia es también líder en producción de lana superfina y extrafina, de un grosor inferior a 22 micras. La media de grosor en la temporada 2021/2022 fue de 20,9 micras, con lotes de fibras aún más finas, de 17 micras y menos, gracias a la selección continuada de la raza Merina Australiana. Cuanto más fina es la fibra de lana, mayores precios alcanza en las subastas, ya que se usa en la industria textil de más alta calidad. En el momento de escribir este artículo, en la subasta más reciente (23 y 24 de agosto de 2022) el precio de la lana de 17 micras alcanzó los 18 dólares el kg, mientras que la lana de 22 micras se quedó por debajo de los 9 $/kg.

En esta gráfica se puede ver que el precio de la lana depende mucho del grosor de la fibra. Las monedas de referencia son el dólar americano o el dólar australiano. Fuente: AWEX.

 

Nueva Zelanda es el tercer país productor, pero con un mercado más enfocado en la industria textil mobiliaria que en la de prendas de vestir. Esto se debe a que sus ovejas son de lana basta o muy basta y la mayoría de su producción es de este tipo de fibras, de 32 a 40 micras de grosor. Sus precios son mucho más bajos y sus ganaderos se encuentran en una posición parecida a la de los españoles, en la que la mayor parte de sus ingresos los obtienen de la venta de carne, no de lana. Esta situación ha ocasionado que en los últimos años haya descendido el número de ovejas en este país significativamente.

Sudáfrica, a pesar de ser solamente el sexto país productor, juega en la liga de los grandes en cuanto a precios gracias a la calidad de su producción, equivalente a la australiana. El 96% de su producción en 2021 eran fibras extrafinas, las más preciadas, de un grosor inferior a 22 micras.

China y la India son los mayores consumidores de lana

En la otra cara de la moneda están los países compradores. China, pese a ser el segundo productor mundial, vende una ínfima parte de la lana que produce, y no solo eso, sino que compra aún más a otros países. Es el país que más lana importa, nada menos que el 66% de toda la lana que sale al mercado internacional. Debido a esto, cambios en su política mercantil y aduanera, cierres de puertos, confinamientos de la población o paradas en la producción tienen un gran impacto en los precios de la lana en todo el mundo, hasta el punto que algunos países no pueden dar salida a su producción. Esto ha ocurrido recientemente en Sudáfrica, donde China impuso un bloqueo sobre las exportaciones debido a un brote de fiebre aftosa. Este bloqueo duró de abril a agosto de 2022, y, para un país que vende más del 70% de su lana a China, ha supuesto un duro golpe.

La India, Italia y República Checa son los siguientes países que más lana extranjera compran, en cantidades mucho menores si las comparamos con las que adquiere el gigante chino, y su influencia sobre los precios es lógicamente menor. De ellos, Italia es el principal representante de la industria de la moda, y son los italianos los que suelen adquirir las lanas de mayor finura para elaborar sus prendas de lujo.

¿Y a nosotros quién nos compra?

España produjo en el año 2020 más de 23.000 toneladas de lana sucia. En dicho año, el valor de la lana exportada fue de 18,3 millones de dólares, de los cuales 11 millones vinieron de manos de los chinos. Sobre estos datos tuvo un gran impacto la pandemia: en 2019 España exportó lana por valor de 36,4 millones de dólares, y en 2018 más aún, hasta los 48,4 millones. En ambos años, más del 70% de las ventas fueron a parar a China. Otros compradores relevantes para España son Marruecos, Portugal, Reino Unido, Países Bajos, Lituania y Uruguay.

España es un país esencialmente exportador, en parte gracias a sus precios tan bajos. Aun así, ciertas industrias, sobre todo del mundo de las prendas de vestir, se ven obligadas a recurrir a la importación cuando necesitan lanas de gran finura que no se producen en nuestro país. Los Merinos españoles se han seleccionado en las últimas décadas por producción cárnica, a diferencia de los australianos, que se especializaron en la producción de lanas extrafinas, por lo que las fibras de la Merina española raramente son de un grosor inferior a las 22 micras, y no son las indicadas para fabricar prendas de vestir con los estándares actuales.