Los pastos o forrajes son alimentos compuestos por materia vegetal herbácea, la dieta básica de las ovejas. Deben ser parte fundamental de su alimentación, y se pueden obtener de cultivos específicos, que se siegan y se almacenan, o de las plantas silvestres que crecen de forma espontánea en terrenos no intervenidos por el hombre.
La energía que las ovejas utilizan para realizar sus funciones -mantener su temperatura corporal, crecer o renovar sus células, gestar sus crías, fabricar lana y producir leche-, es la energía metabolizable.
A la hora de diseñar la dieta de nuestros animales deberemos tener en cuenta sus necesidades energéticas y de nutrientes específicos (proteínas, minerales, etc.), que varían según la edad del animal, su peso y en qué estado fisiológico se encuentre. Los momentos clave desde el punto de vista nutricional son la gestación y la lactación.
Fuente: Adaptado de CSIRO, 2007
Los requerimientos nutricionales diarios de una oveja adulta no gestante y no lactante, o requerimientos “de mantenimiento”, son de aproximadamente 2,2 Mcal metabolizables, que se alcanzan con una ingesta de alimento de en torno al 1,8% de su peso vivo. Este porcentaje depende, lógicamente, de la proporción de energía por kg que tenga el alimento. Los cereales y los aceites son los alimentos con más energía en menor cantidad de producto, mientras que los forrajes habitualmente tienen menos.
En la primera fase de la gestación los requerimientos serán similares o ligeramente superiores a los de mantenimiento, por lo que en muchos casos no se cambia su dieta; en cambio, en la última fase de la gestación serán bastante mayores, ya que el feto demanda mucha energía en la última etapa de su crecimiento, y en la lactación serán aún mayores, con variaciones según cuánta leche produzca la raza y cuántos corderos tenga que criar.
El flushing es una técnica para mejorar la fertilidad que consiste en proporcionar una dieta más energética a las ovejas antes de la cubrición para aumentar su condición corporal, relacionada directamente con el número de óvulos producidos y el éxito de implantación en el útero.
Los forrajes en verde y desecados o paja son los componentes básicos de la dieta de todos los rumiantes, ya que su sistema digestivo evolucionó para poder obtener toda la energía de las plantas herbáceas que consumían, ricas en celulosa y bajas en almidón. Sin embargo, la domesticación, la selección genética y los requisitos de productividad hacen que esto no sea suficiente hoy en día para cubrir todas las necesidades de nuestros animales.
Las necesidades nutricionales de nuestras ovejas pueden cubrirse solo con pasto únicamente cuando están en fase de mantenimiento y al principio de la gestación. Durante las etapas de mayor demanda energética, la oveja perdería peso, aumentando la probabilidad de aborto, distocia, nacimiento de corderos débiles, una lactación insuficiente y mayor dificultad para volver a quedar gestante. Para evitar esto se suplementanen momentos puntuales alimentos más energéticos, como los ensilados y los piensos concentrados.
La principal ventaja del pasto es que es muy económico (en ganadería intensiva el 70% de los costes de la explotación son de alimentación). Si disponemos de terreno cultivable, podemos plantar nosotros mismos plantas forrajeras, que se siegan y se almacenan o se transforman. La alfalfa es la especie forrajera que más se produce en España, un 50,4% de la producción total de forrajes.
Las familias de plantas presentes en mayor proporción en los pastos son las gramíneas y las leguminosas:
Fuente: adaptado de MAPA 2019
Si no tenemos terreno para cultivar forrajes y tenemos la suerte de disponer de zonas de pastoreo cerca de nuestra explotación, es un recurso que no deberíamos ignorar. Permite aprovechar recursos naturales gratuitos, en terrenos de difícil acceso, no cultivables por la legislación, con climas que no permiten el cultivo, etc. Además, tiene otras ventajas, como fijar población en el medio rural, contribuir a la biodiversidad y a la gestión de la vegetación silvestre y contribuir a la prevención de incendios, eliminando materia vegetal que prende rápido.
Se estima que el 57% de la extensión geográfica de España son terrenos aprovechables para el pastoreo, contando los clasificados como “pastos” y parte de los clasificados como “forestales”, en los que crece vegetación herbácea y arbustiva entre los árboles. Además, en los terrenos dedicados a cultivos su puede pastorear una vez se ha cosechado, aprovechando los rastrojos.
La principal desventaja del pastoreo es la menor ganancia energético final, ya que el animal gasta más energía en desplazamientos por el terreno comparado con un animal estabulado. Además, hay mayor exposición a parásitos, y en pastos naturales (no cultivados) no podemos controlar las especies vegetales disponibles.
Si tienes un terreno o tienes acceso a zonas de pastoreo, el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) ofrece un Manual para el cumplimiento de la condicionalidad de pastos permanentes, en el que se incluyen las normativas específicas para cada tipo de pasto (sembrado, de puerto, prado, mediterráneo, arbolado, etc.).
Árbol de clasificación de los pastos en España, según sus características. La normativa a aplicar variará en cada caso. Fuente: FEGA