La oveja Suffolk es una raza oriunda del Reino Unido que en las últimas décadas se ha introducido en los ganados ovino españoles por su buena aptitud cárnica.
El origen de la oveja Suffolk está en la unión de ovejas Norfolk Horn con carneros Southdown, en Reino Unido, y en un principio se les conocía como “caras negras”.
El primer registro encontrado sobre la oveja Suffolk data de 1797, cuando el escritor inglés sobre asuntos agrarios Arthur Young, en el documento "Visión general de la agricultura en el condado de Sufflolk" destacó a esta raza por la textura, sabor y color de su carne. La raza fue reconocida en 1810.
En 1886 se creó la Asociación de las ovejas Suffolk, y en 1887 se publicó el primer libro de registro de explotaciones de esta raza en el que figuraban 46 rebaños de entre 50 y 1.100 ovejas. A partir de entonces, la raza comienza a extenderse, primero por territorios cercanos como Irlanda (1891), Escocia (1895) y Gales (1901) y a partir de entonces por el resto del mundo.
Las ovejas Suffolk se diferencian rápidamente porque son de tamaño mediano a grande, con la cabeza y las patas negras, sin lana. Su lana es densa y libre de fibras negras; sus patas rectas, con el hueso plano y ancho, bien musculosas y aplomadas, y sus pezuñas resistentes y fuertes.
El tronco de las ovejas Suffolk es amplio y bien balanceado, el pecho es profundo y bien definido, con las costillas arqueadas, largas y bien recubiertas.
Las orejas son delgadas y largas, horizontales, con una ligera inclinación hacia delante.
La raza de oveja Suffolk es muy codiciada por varios motivos. El primero y más conocido por su alta tasa de crecimiento, demostrado por diferentes estudios independientes, que consiguen que los corderos puedan comercializarse antes (por tanto, se reducen los costes de producción en la cuadra) y que puedan llegar a pesos más altos (en función de los gustos del consumidor).
Por otra parte, la oveja Suffolk es de parto fácil, debido a sus características morfológicas (zona pélvica amplia), tiene aceptables cualidades maternales y se trata de una raza muy prolífica, con un índice de prolificidad de 1,62, superando el 1,7 en hembras adultas.
Los corderos (que al nacer son negros, pero a los dos meses ya se les va blanqueando el pelo), nacen con un peso medio de entre 4 y 6 kg y tienen una capacidad de aumento de peso de entre los 250 a 600 g al día.
Por todas estas características, y por su buena capacidad de adaptación hace años que los machos de ovejas Suffolk se utilizan como raza mejorante en cruces con ovejas de otras razas. El objetivo de estos cruces es mejorar la raza con unos ejemplares con una mayor calidad. De hecho, se han utilizado sementales de raza Suffolk (que destacan por su aptitud cárnica y su rápido crecimiento) sobre hembras de razas autóctonas españolas como la Rasa Aragonesa, ya que este sistema es el más rápido, simple y económico para incrementar la producción de carne de ovino.