El ordeño mecánico se ha convertido en un factor indispensable en muchas las explotaciones lecheras porque dos cuestiones fundamentales: facilita enormemente la labor de ordeñar, (reduciendo la mano de obra y los costes de producción) al tiempo que supone una mayor garantía de salubridad de la leche.
Las máquinas o instalaciones para el ordeño mecánico comenzaron a investigarse a finales del siglo XIX para el vacuno de leche, siendo la "máquina de Murchland" de 1889 una de las más conocidas. El principio que rige a todas estas máquinas es el mismo: simular la acción de succionar que realizan las crías, al tiempo que se produce un masaje del pezón del animal, que queda entre la lengua y el paladar.
Hasta 1920 se intentaron mejorar los equipos para perfilar mejor los límites de vacío y las tasas de pulsación en las ubres de las vacas. Y a partir de ese año, se desarrollaron diferentes tipos de instalaciones y tipos de ordeño que garantizaban un vaciado rápido, completo e higiénico de la ubre.
Actualmente, el ordeño mecánico está totalmente instaurado en las explotaciones de vacuno y también en muchas de ovino y caprino, siendo España (en el caso del ovino) uno de los países donde existen granjas que son todo un ejemplo en este tipo de instalaciones.
Las primeras experiencias de ordeño en ovejas se llevaronó a cabo en 1928 en Francia, en la región de Roquefort. Tras la II Guerra Mundial, las ordeñadoras para pequeños rumiantes se desarrollaron mucho más, aunque no fue hasta el inicio de los años 90 cuando se simplificó la técnica de ordeño en ovejas y cabras, lo que ayudó a un mayor despegue de estos equipos en las granjas. Esa zona de Francia, Roquefort, fue una de las pioneras en el desarrollo del ordeño en ovejas y actualmente España cuenta con explotaciones de referencia a nivel mundial.
Según el asesor veterinario José Antonio Requejo, "hoy día las explotaciones de ovino lechero se conciben como centros de alto rendimiento, tanto por el número de animales que se ordeñan como por el volumen de leche que se maneja, así como por la complejidad de las tareas que se desarrollan”.
Por ello, es fundamental llevar a cabo una buena instalación de ordeño y maquinaria y un adecuado manejo de los animales.
En este sentido, según Requejo, es fundamental que la instalación de ordeño ofrezca unas condiciones higiénico-sanitarias adecuadas tanto para los trabajadores como para el ganado; sea adecuada para el bienestar animal y el de los operarios; que se pueda ordeñar mucha leche y también obtener los datos necesarios para controlar el funcionamiento de la explotación.
Actualmente hay tres tipos de máquinas de ordeño para ovino: las de línea media (la ordeñadora está por encima de las ovejas y la leche sube hacia arriba); la de línea baja (la sala está por debajo de las ovejas y va hacia abajo) y la de línea trilevel (los puntos de ordeño están dentro del foso y el resto de la maquinaria por la parte de detrás). Estas máquinas tienen que deben estar compuestas por las siguientes partes: bomba de vacío, conducción principal, calderín de vacío, regulador, conducción de arie, pulsadores, vacuómetro y conducción de leche que llega hasta el tanque receptor.
Las máquinas están para ayudar al hombre a hacer las cosas mejor, y por eso entre las ventajas que ofrecen los robots de ordeño mecánico están que han facilitado esta labor y consiguen que la leche sea de mayor calidad.
No obstante, en el caso del ovino y caprino, para evitar problemas, hay que tener en cuenta aspectos importantes como:
Un mal uso de los robots de ordeño, (por ejemplo, no cortando el vacío antes de quitar las pezoneras) puede aumentar la incidencia de enfermedades como la mamitis. Asimismo, hay que evitar el sobreordeño (que estén puestas las pezoneras cuando ya no sale leche) porque también puede aumentar dicha enfermedad.
En este sentido, hay una expresión que se utiliza en las granjas de vacuno de leche y que también se puede aplicar a las de pequeños rumiantes: un robot hace que una granja buena sea mejor, pero también que una mala sea peor, ya que las máquinas son un buen apoyo si se utilizan correctamente y se toman las precauciones necesarias para que no molesten al ganado.