La tuberculosis bovina es una enfermedad causada por un grupo de bacterias conocido como complejo Mycobacterium tuberculosis, que incluye Mycobacterium bovis, Mycobacterium tuberculosis y Mycobacterium caprae.
La tuberculosis debida a Mycobacterium bovis es una zoonosis, una enfermedad infecciosa que se transmite de los animales a los humanos y una enfermedad de declaración obligatoria.
La tuberculosis afecta casi siempre a los pulmones. Las personas más vulnerables son las que tienen una salud más delicada, especialmente las que tienen algún problema del sistema inmunitario.
Mycobacterium bovis se puede transmitir del ganado infectado a las personas que tienen un contacto más estrecho con los animales, como los ganaderos, los veterinarios o los trabajadores de los mataderos, pero también se transmite por alimentos derivados de los animales, como la leche, si no se trata adecuadamente o se consume cruda.
Los bovinos con tuberculosis pueden padecer dos formas de la enfermedad:
Tuberculosis subclínica: es la más frecuente; los animales están infectados y no muestran signos, pero suponen una fuente de infección para otros y las personas.
En los programas de control y erradicación, es fundamental saber si los animales se encuentran infectados por Mycobacterium bovis, para eliminarlos del rebaño por sacrificio obligatorio, eliminando así la fuente de transmisión.
La prueba estándar y obligatoria para detectar el ganado sospechoso es la prueba de la tuberculina, que consiste en inyectar un extracto purificado de una proteína de Mycobacterium bovis dentro de la piel y medir el grado de reacción inflamatoria. Los animales positivos muestran lesiones gruesas y se descartan de la explotación con sacrificio obligatorio.
Otras pruebas diagnósticas de laboratorio ayudan a confirmar el diagnóstico en las explotaciones:
El ensayo de liberación del interferón gamma (IGRA).
Pruebas basadas en enzimas para detectar la respuesta de los anticuerpos ante una posible infección (ELISA).
La reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Aislamiento y cultivo de Mycobacterium bovis.
La tuberculosis bovina se encuentra bajo programas de control y erradicación en todo el mundo bajo el encuadre One Health o Una Salud. Este enfoque implica los ámbitos de la salud humana y la sanidad animal para que trabajen de forma coordinada y más eficaz.
La normativa que regula el control y la erradicación de la tuberculosis bovina en la Unión Europea es el Reglamento Delegado 2020/689 de la Comisión que establece las medidas de vigilancia, los programas de erradicación y las condiciones para declarar una región libre de la enfermedad. En España se aplica el Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina aplicando las siguientes medidas:
Inspección rutinaria en los mataderos para vigilar la aparición de lesiones sospechosas de tuberculosis.
Pruebas individuales a todos los animales de las explotaciones dentro de las campañas de saneamiento ganadero.
Control de los movimientos de los animales con guías sanitarias.
Identificación animal para garantizar la trazabilidad.
Prohibición de tratamiento.
Sacrificio obligatorio de animales positivos.
Aplicación de medidas de bioseguridad para evitar la entrada de la tuberculosis desde otras explotaciones o por contacto con la fauna silvestre.
En España se encuentran oficialmente libres de tuberculosis las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cataluña, País Vasco, Murcia, Canarias y Baleares. En el Reglamento de Ejecución 2023/150 de la Comisión se pueden consultar las condiciones específicas según las cuales una región puede declararse libre de tuberculosis. Con los esfuerzos de la aplicación de las medidas de control ha descendido notablemente la tuberculosis en todas las regiones de España.
En la población humana hay un programa activo de detección de tuberculosis y se sabe que los casos debidos a tuberculosis bovina suponen menos de un 2 % gracias a los programas de control y erradicación.