Los beneficios del silo de maíz para el ganado

El ensilaje es una de las mejores técnicas para la conservación de forrajes, solos o mezclados, para la alimentación del ganado. Permite mantener sus propiedades nutricionales y su apetecibilidad o incluso mejorarlas, a la vez que impide la proliferación de microorganismos patógenos para el animal o que estropeen el alimento y empeoren su calidad. En el presente artículo vamos a hablar sobre los ensilados, en particular el silo de maíz como ingrediente principal.

La FAO nos da las pautas para un ensilado de calidad

El proceso de fabricación del silo para la obtención de ensilados se explica en profundidad en el artículo “Cómo conseguir un buen ensilado para nuestras vacas”. Como recordatorio, la FAO señala los puntos más importantes a la hora de obtener ensilados de la mayor calidad posible:

1. Un alto valor nutritivo de la materia prima.

2. Minimizar al máximo la presencia de tierra.

3. El mejor tamaño de los fragmentos picados de forraje es inferior a 2 cm. Esta medida facilita la compactación, reduciendo el aire retenido.

4. Compactar el silo meticulosamente para expulsar todo el aire posible.

5. Realizar estos procesos de preparación hasta el sellado del silo en el menor tiempo posible.

6. Una vez abierto el silo tras la fermentación, el área de extracción del alimento debe ser lo más pequeña posible y debe volver a cubrirse para minimizar la exposición al aire.

El valor nutritivo de la materia prima, especialmente su contenido en hidratos de carbono de fácil digestión (azúcares y almidón), es clave para que los microorganismos lácticos tengan abundante sustrato que fermentar y el pH baje rápidamente, impidiendo el crecimiento de microorganismos indeseados. En este sentido, las gramíneas como el maíz, el sorgo y el raigrás se ensilan mejor que las leguminosas como la alfalfa y la veza. Por eso el maíz se emplea frecuentemente para elaborar silos mixtos, como alternativa al uso de aditivos azucarados o acidificantes.

Sin embargo, la especie no es lo único a tener en cuenta; también influye mucho el grado de maduración de la planta y del grano. En la siguiente tabla se reflejan la composición en materia seca, proteína bruta y fibra bruta de cuatro vegetales en diferentes momentos de su maduración.

Fuente: «Hojas Divulgadoras del Ministerio de Agricultura». El ensilado y sus ventajas (1977).

Qué es el pastone

El pastone es un tipo de ensilado de maíz forrajero que se hace con toda la mazorca en el momento en el que el grano está pastoso. Contiene altos niveles de energía, aportados por los granos ricos en almidón, y fibra, aportada por las partes verdes ricas en celulosa. Sin embargo, contiene poca proteína, por lo que en ocasiones se añade urea al silo o se complementa la dieta con alimentos proteicos para hacer la ración más completa. La elaboración de pastone perdió popularidad en nuestro país en favor de los silos de maíz en grano.

Se ha investigado su uso para la alimentación de terneros de cebo en comparación con la administración de concentrados y paja. Francia o el norte de Italia son regiones donde es popular esta dieta. En diferentes estudios se han encontrado ahorros en los costes de la alimentación del 11% sin pérdida de engorde y del 50% perjudicando el engorde entre un 7 y un 16%. Este ahorro en alimentación puede ser muy beneficioso para la rentabilidad de las explotaciones, sobre todo en situaciones en las que los precios de las materias primas estén muy altos.

Beneficios e inconvenientes del silo de maíz

El ensilaje en general es uno de los procedimientos de conservación de forrajes más interesantes y provechosos. Ya en 1977, en la hoja divulgadora del Ministerio de Agricultura “El ensilado y sus ventajas”, se destacaban los motivos por los cuales esta técnica era superior a otras, sobre todo comparándola con el henificado:

• La independencia de la época del año y de la climatología permite cosechar cada forraje en su momento óptimo de crecimiento y maduración, maximizando la producción obtenida por unidad de superficie y su calidad.

• Se evitan las pérdidas nutritivas que suceden durante el henificado debidas a la lluvia, la respiración, la caída de hojas, etc.

• El terreno cosechado queda libre rápidamente para poder iniciarse otro ciclo productivo, obteniendo así más cultivos con la misma superficie al cabo del año.

• El silo contiene 2,5 veces más materia seca que el mismo volumen de heno bien compactado, lo que permite ahorrar espacio.

Todos los animales pueden alimentarse con silo de maíz, y está especialmente indicado para los rumiantes. Tradicionalmente se desaconseja el uso de ensilados para alimentar a hembras gestantes ya que puede contener micotoxinas que causen abortos. Sin embargo, si el proceso se realiza correctamente y se confirma en el laboratorio la ausencia de estas y otras sustancias dañinas, es perfectamente seguro. Las empresas de piensos lo utilizan como materia prima para sus mezclas, y a nivel industrial sí se hacen estos análisis.

El ensilado de maíz, como otros ensilados de cereales y gramíneas ricos en almidón, es más susceptible a estropearse por levaduras que aprovechen la presencia de abundantes azúcares, por lo que hay que tener especial cuidado con la compactación para extraer el aire, hacer silos del tamaño apropiado para cada explotación y, posteriormente, al abrir el silo para alimentar a los animales, consumirlo rápidamente o hacer aberturas más pequeñas que puedan cubrirse o, mejor aún, cerrarse herméticamente. En este artículo se describen estrategias para optimizar el uso del ensilado una vez abierto el silo, minimizando la pérdida de nutrientes y el riesgo de crecimientos microbianos indeseados.

Los silos pequeños, como estos en rotopacas, tienen menor riesgo de echarse a perder una vez abiertos, ya que se consumen en menos tiempo.

Para acabar, conviene realzar un dato sobre los ensilados: el silo sin abrir bien hecho debería conservarse perfectamente durante 3 años, lo que permite planear y organizar la alimentación del ganado con mucha antelación.