Un cordero recental es el que se aloja con la madre y lacta hasta los 45 días de vida para después, ser trasladado al cebadero para su sacrificio antes de los 3 meses de edad.
Durante estas primeras semanas con la madre, el destete se realiza de forma progresiva, de tal forma que empieza a ingerir harina de iniciación cuando tiene unos 10 días y se le empieza administrar el pienso de cebo a las 3 semanas. Se sacrifica con pesos vivos de unos 22-25 kg y canales de un máximo de 12-14 kg.
Las diarreas
La enfermedad del músculo blanco
Durante los primeros días de vida, es fundamental cubrir las necesidades de selenio y vitamina E del cordero recental puesto que su deficiencia causa la enfermedad del músculo blanco.
Esta enfermedad, aunque característica de corderos recién nacidos, puede afectar de forma esporádica al cordero recental, y especialmente a corderos pesados de las últimas fases del cebo.
El cuadro característico es una dificultad del cordero recental para andar, dolor y, finalmente, postración e incapacidad para levantarse.
La enfermedad del músculo blanco se trata con una inyección de vitamina E y de selenio a todos los corderos al nacimiento, y en la fase de engorde del cordero recental si se presenta en esta etapa.
Muerte súbita en corderos: bajas inesperadas
Existen muchos procesos que desencadenan una muerte súbita en corderos recentales (torsiones intestinales, enfermedad del músculo blanco, diversas infecciones, etc.) pero uno de las causas más importantes es la infección por Clostridium perfringens tipo D o “basquilla del cordero”. Esta enfermedad suele aparecer de forma sobreaguda, repentina, y suele aparecer en invierno, afectando a los mejores corderos del cebadero, época en la que su ingesta de alimentos es mayor. Si no están inmunizados frente a esta enterotoxemia se produce una parálisis ruminal y la muerte.
La medida preventiva fundamental es la vacunación de las ovejas frente a Clostridium perfringens (con una vacuna que incluya el tipo D) cuatro o cinco semanas antes del parto y la vacunación del cordero recental después de las cuatro semanas de edad.
El complejo respiratorio ovino (CRO), el proceso que más muertes causa en los cebaderos.
En el CRO están implicadas numerosas bacterias, responsables de más del 80% de las infecciones respiratorias del cordero recental (las más frecuentes son pasteurellas y micoplasmas).
Las variaciones de temperatura y humedad o una ventilación inadecuada, con concentraciones de amoniaco altas, así como un mal manejo y estado sanitario del cordero en la lactación, destete y transporte al cebadero, junto con la falta de homogeneidad en los lotes, el hacinamiento o un mal estado de las camas son factores que predisponen a la infección respiratoria
Casi ningún cebadero está libre de esta enfermedad. No en vano se considera que es la causante del mayor número de bajas durante esta fase. Hasta un 70% de las bajas que se producen en el cebo son provocadas por el CRO. Las implicaciones económicas saltan a la vista, a lo que hay que añadir una disminución en el peso del cordero y del rendimiento de la canal y los decomisos parciales de pulmones y costillares de los corderos afectados.
El cuadro clínico en el cordero recental es muy variable, puesto que puede cursar de forma aguda con muertes repentinas y hemorragias generalizadas, con aumento de la tasa de mortalidad con neumonías y pleuroneumonías, o bien de forma crónica, apenas aumentando la mortalidad, pero causando retrasos del crecimiento y signos típicos como toses, mocos y pérdida de vitalidad.
Ante la aparición de un brote de mortalidad por CRO es muy conveniente la realización de diagnóstico microbiológico de los agentes implicados, para así poder escoger el antibiótico más adecuado para tratarlo y la vacuna previa al destete para prevenir los brotes.