La sarna ovina continúa siendo una de las enfermedades parasitarias más perjudiciales para el bienestar y la productividad de los rebaños. En el artículo que publicamos en el pasado, se abordaron los aspectos clínicos, epidemiológicos y de manejo básico frente a esta patología. En esta segunda parte, profundizaremos en el diagnóstico, el tratamiento más eficaz disponible actualmente —la eprinomectina inyectable— y las estrategias preventivas que permiten mantener a raya esta amenaza.
¿Qué es la sarna ovina y por qué es tan problemática?
La sarna en ovejas es causada por ácaros microscópicos que invaden la piel, provocando un picor intenso, lesiones cutáneas, caída de lana, pérdida de apetito y deterioro general del estado corporal. Los dos tipos más comunes son:
Ambos tipos provocan un cuadro clínico debilitante, con consecuencias económicas graves: reducción de producción lechera, pérdida de peso, infecciones secundarias y, en casos extremos, mortalidad.
El diagnóstico de sarna ovina se basa en:
Es fundamental actuar ante los primeros signos, ya que la sarna se propaga rápidamente en ambientes de hacinamiento y puede permanecer latente en el entorno.
Hoy en día, la eprinomectina inyectable se ha consolidado como una de las opciones más recomendadas por los veterinarios a la hora de tener que desparasitar rebaños de ovejas y cabras de leche en España.
Es una lactona macrocíclica del grupo de las avermectinas, eficaz contra ácaros, nematodos y otros parásitos. Su formulación inyectable permite una dosificación precisa y una acción sistémica que alcanza incluso los ácaros más profundos.
Aunque la sarna es menos frecuente en cabras, los brotes pueden ser igual de graves. La eprinomectina también es eficaz en esta especie, con las mismas ventajas en lactación y sin necesidad de duplicar la dosis, a pesar de su metabolismo más rápido
El tratamiento farmacológico debe ir acompañado de medidas preventivas:
La sarna no solo afecta la productividad, sino también el bienestar animal. La ley 8/2003 de Sanidad Animal establece sanciones por no tratar animales con síntomas evidentes. Además, el contagio a humanos, aunque poco frecuente, puede ocurrir en casos de contacto directo sin protección.
La sarna ovina es una enfermedad grave, pero controlable. La eprinomectina inyectable representa una solución moderna, eficaz y segura, especialmente en contextos de producción lechera. Su uso, junto con medidas de bioseguridad y vigilancia, permite mantener rebaños sanos, productivos y protegidos frente a esta amenaza persistente.