La cabra Florida es una raza de caprino de leche autóctona del Bajo Valle del Guadalquivir cuya denominación procede del color de su capa: un moteado de color rojo sobre fondo blanco o viceversa (a veces también puede ser de color negro y blanco) que se asemeja al de un campo florido. Principalmente se le conoce por su productividad láctea, pese a que también es una raza con buenas condiciones en cuanto a aptitud cárnica.
Aunque el origen de la cabra Florida data de principios del S. XX, no fue hasta 1984 cuando se comenzó a describir y hasta 1996 cuando se creó la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Caprino de Raza Florida, Acriflor. Posteriormente, se le catalogó como raza de Protección Especial, y aunque llegó a estar incluida en el listado de Raza en Peligro de Extinción, actualmente, y debido al trabajo realizado desde la asociación, se encuentra entre las Razas de Fomento.
La cabra Florida cumple un importante papel social y ambiental, ya que, por un lado, se encuentra en zonas rurales desfavorecidas económicamente, por lo que ayuda a la revitalización del territorio, y por otra, con su pastoreo se contribuye de forma importante al mantenimiento de las dehesas y del monte mediterráneo, puesto que ayuda a controlar el exceso de la masa arbustiva de estos lugares.
La cabra Florida es un animal de gran rusticidad, que se adapta bien a climas continentales y es capaz de soportar desde temperaturas muy altas en verano hasta muy frías en invierno. Aunque los estudios genéticos realizados en ejemplares de cabra Florida demuestran que es una raza separada del resto de las razas autóctonas españolas, se comporta como el resto de razas caprinas del país.
Los animales de la raza Florida tienen el tronco largo y profundo, de perfil subconvexo, hipermétrico y de proporciones longilíneas, con cuernos en arco hacia atrás. Los machos suelen pesar entre los 80 y los 120 kg y las hembras entre los 60 y los 80. Estas tienen las ubres globosas, muy desarrolladas, y los pezones bien situados, de buen tamaño y longitud.
Una de las características más importantes de la cabra Florida es que es capaz de mantener lactaciones largas. Según información de la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto, Feagas, las producciones medias de leche en la cabra Florida pueden ser de más de 700 kg en lactaciones naturales de 290 días en multíparas. Por su parte, en primíparas, según estudios realizados en 2019, apuntaban los 1.042,29 kg de leche durante unos 351 días.
En cuanto a la composición de la leche, esta se diferencia por sus altas tasas de grasa y de proteína en función de su producción con 5,06% de grasa y 3,35% de proteína.
En cuanto a producción cárnica, los cabritos de la cabra Florida también demuestran un buen potencial, ya que, al proceder de una raza más grande, nacen con un peso medio de unos 3,2 kg, y en 25 o 30 días, (con una ganancia media diaria de 180 g), pueden alcanzar los 8 o 9 kg, quedándose en canal en 4,5 o 5 kg de peso.
La producción lechera de la cabra Florida se caracteriza por un alto contenido en grasa y un buen rendimiento quesero (Imagen: Open Food Facts).
La fertilidad de la cabra Florida suele ser del 63% o 65% en cubriciones realizadas mediante inseminación artificial (cifra inferior respecto a otras razas), mientras que si se realiza por monta natural el porcentaje de fertilidad asciende al 90% en estaciones favorables y en períodos desfavorables de días largos desciende al 70%. Por su parte, la prolificidad de la cabra Florida se sitúa en 1,9 en multíparas y 1,5 en primíparas. Cada año, son más las ganaderías que empiezan a usar tratamientos hormonales de melatonina para la cubrición de primavera, ya que la fertilidad en esa época suele ser muy baja.
En su origen, la ganadería de cabra Florida se limitaba a la zona media del Valle del Guadalquivir, en la provincia de Sevilla; sin embargo, en las últimas décadas, sus excepcionales cualidades productivas han conseguido que se extienda por otras provincias andaluzas, como Córdoba y Huelva, e incluso a lugares de Extremadura, en muchas ocasiones, en áreas de dehesas.
La cabra Florida se adapta a diferentes sistemas de explotación, que van desde los extensivos, a los semi-extensivos en zonas de sierra, los sistemas de estabulación libre, o los sistemas semi-intensivos en zonas de vega y campiña.