Smart farming, agricultura 4.0 o ganadería de precisión. Todos estos términos sirven para describir la producción pecuaria moderna que se apoya en las nuevas tecnologías digitales para ser más eficiente y ayudar al ganadero a tomar mejor sus decisiones. De este modo, si la ganadería tradicional se basa, principalmente, en los conocimientos del productor y en la observación, la ganadería de precisión añade tener más información sobre la situación y el estado de los animales.
Prudencia
Las novedades tecnológicas y digitales que se están poniendo a disposición de los ganaderos cada vez son mayores. Se trata de herramientas que, por una parte, requieren de nuevos aprendizajes y que, en ocasiones, todavía no están maduras.
En este sentido, algunas de estas experiencias que ya se han tenido con la digitalización y las nuevas tecnologías en el sector agrario aconseja tener prudencia a la hora de aplicarlas para evitar lo que se conoce como la “curva de Gartner”: si son muchas las expectativas que se ponen ellas y no se cumplen, el desencanto y la desilusión de los ganaderos lleva a que la adopción de dichas herramientas caiga en picada, para, posteriormente, a medida que, poco a poco, se van desarrollando y consolidando, vuelven a crecer de forma más sostenida y su uso sea más común.
Como ya se apuntaba en este artículo sobre Smart Farming, todas las tecnologías en las que se apoya la ganadería de precisión tienen como objetivo facilitarle el trabajo al ganadero y están relacionadas, principalmente, con sensores, sistemas GPS o de geoposicionamiento, drones, robots, y bid data.
Software de gestión
Desde hace unos años son comunes los softwares que ayudan al ganadero a tener una mejor gestión de la granja. A través de aplicaciones que se pueden instalar en el teléfono móvil para la toma de datos, y de programas instalados en ordenadores, el productor puede controlar de manera más sencilla la situación de los lotes de animales, el historial médico de cada animal, el consumo estimado de alimentos, etc. Este tipo de sistemas, que, obviamente, conlleva un cambio en la dinámica del granjero, (ya que le obliga a tomar datos, digitalizarlos y luego, analizarlos) son de gran ayuda para llevar una gestión más profesional de la explotación ganadera.
Los granjeros pueden usar tablets para acceder a datos en tiempo real y optimizar la gestión del ganado en la granja.
Otras herramientas
Entre las herramientas digitales más habituales en la ganadería extensiva, más allá de los pastores electrónicos se encuentran los dispositivos de geolocalización de los animales. Existen en el mercado una serie de collares que se colocan a los animales (vacas, cabras u ovejas) que sirven para saber su ubicación a través de un GPS y ayudan, no sólo a su control, si no, por supuesto, a reducir las pérdidas de reses cuando están pastando en extensivo.
Junto a este tipo de collares, también se han realizado trabajos con drones que sirven a saber la situación y las condiciones del ganado cuando pastan en zonas complicadas o de difícil acceso.
Algunos de estos collares también poseen más funciones, de manera que pueden medir el estado de salud del animal (en función de sus movimientos o del tiempo que permanece quieto o sentado) o, en el caso de las vacas, incluso detectar cuándo se encuentra en celo, ya que éstas modifican su comportamiento.
En las vacas, también existen termómetros vaginales y otro tipo de sensores no invasivos que, horas antes de que se inicie el parto, avisan al ganadero a través del teléfono móvil, de manera que éste puede organizarse para atender el parto y mejorar las condiciones en las que se lleva a cabo el mismo.
Otra tecnología que se está aplicando para objetivos similares en el ganado es la RFID o identificación y medición automatizada por radiofrecuencia. Mediante placas de identificación en las orejas o incluso sistemas subcutáneos, el animal queda etiquetado, escaneado y registrado en una base de datos y posteriormente ofrece información, no sólo de su ubicación y de sus movimientos, sino también su estado de salud a tenor de su comportamiento y temperatura (un indicador importante para adelantarse a la detección de una enfermedad).
Los sensores también pueden informar sobre la alimentación de un animal, y en el caso de las vacas, informar sobre su frecuencia, el tiempo que pasa rumiando, cuándo bebe... Todos estos datos pueden ayudar a conocer el estado de cada res y si se analizan en conjunto, el del rebaño, lo que sirve al ganadero a decidir sobre posibles cambios en la nutrición de su ganadería.
Por otra parte, para el ganado vacuno, también existen tecnologías que a través de cámaras con imágenes térmicas permiten detectar las cojeras de las vacas y el lugar concreto en el que tienen su lesión.
La producción ganadera del futuro será cada vez más eficiente, mejorará el bienestar animal y el trabajo del ganadero gracias a que éste, a través de múltiples dispositivos, conocerá mejor el estado de su ganado.
No obstante, hay que tener en cuenta que las tecnologías digitales son herramientas que complementan al saber y el conocimiento del productor, que será quién deberá tomar las decisiones para que mejorar las condiciones de vida de su ganado y de su granja.
Acerca del autor
Equipo Ceva Salud Animal
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