Hoy día, hay tantos productos que se comercializan bajo la denominación “leche” que es preciso aclarar qué es y qué no es leche. Además, actualmente, un cartón o una botella de leche aporta tal volumen de información al consumidor que le puede confundir.
En primer lugar, según el Codex Alimentarius (normas internacionales de los alimentos cuyo objetivo es proteger la salud del consumidor y asegurar la aplicación de prácticas equitativas en el comercio de los alimentos), se considera leche a "la secreción mamaria normal de animales lecheros obtenida mediante uno o más ordeños sin ningún tipo de adición o extracción, destinada al consumo en forma de leche líquida o elaboración ulterior". Asimismo, un producto lácteo es aquel "obtenido mediante cualquier elaboración de la leche, que puede contener aditivos alimentarios y otros ingredientes funcionalmente necesarios para la elaboración". Las normas generales para el uso de términos lecheros del Códex Alimentarius diferencian entre productos lácteos compuestos, reconstituidos y recombinados.
En los últimos años las bebidas vegetales se han hecho hueco en la cesta de la compra utilizando, erróneamente, el término "leche" para definirlas. Según explica la Interprofesional del sector lácteo. INLAC, las bebidas vegetales son extractos líquidos procedentes de cereales como el arroz o la avena, legumbres como la soja o frutos secos como las almendras. Durante su fabricación se añaden otros ingredientes como agua, azúcares y otros nutrientes, por lo que muchos expertos consideran que, desde el punto de vista nutricional, no se pueden comparar estas bebidas con la leche o sus derivados lácteos.
Actualmente el mercado ofrece una amplia gama de tipos de leche, que se pueden diferenciar de diversas formas. En primer lugar por el animal del que proceden, siendo la leche de vaca la más común, seguida de la leche de cabra y, más difícil de encontrar, la leche de oveja.
Por una parte, según su contenido de grasa se catalogan como:
Por otra parte, según su tratamiento térmico la leche puede ser:
También existen lo que se conocen como lácteos funcionales que son aquellos que demuestran poseer un efecto beneficioso para el organismo. Aquí se encontraría la leche sin lactosa (para quienes son intolerantes al azúcar de la leche); leche con calcio (donde se aumenta la dosis de dicho mineral), con probióticos (bacterias y otros microorganismos con efectos beneficiosos para la salud) o prebióticos.
En una botella o cartón de leche se puede encontrar muchísima información relativa a las propiedades de producto, al cuidado de los animales, etc. Sin embargo, al tratarse de un alimento envasado hay algunas cuestiones que son obligatorias en el etiquetado de la leche, como:
Desde enero de 2019 en España es obligatorio indicar el origen de la leche, señalando el "país de ordeño", el "país de transformación", y si ambos coinciden, se hace mención al "Origen de la leche". Esta normativa, que en principio solo se aprobó para aplicarla durante dos años "con carácter experimental" y "en línea con regulaciones similares establecidas en otros estados miembro del entorno", fue ampliada hasta principios de 2023 por la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, todo ello con el fin de aportar más información al consumidor sobre el origen de su compra.