La alimentación es el coste más importante en un ganado de rumiantes, por lo que, además del manejo, un factor muy importante en una granja es conseguir alimentos de calidad a un precio que permita alcanzar rentabilidad.
En este sentido, el proceso de ensilado de cultivos forrajeros como el maíz, pueden ser una buen opción a un buen precio, aunque es importante llevarlo a cabo de la forma adecuada para conseguir un alimento con las mejores condiciones nutricionales para los animales.
El ensilado
El ensilado es un proceso basado en la acidificación natural del medio que, en ausencia de oxígeno, ayuda a conservar forrajes con alto contenido de humedad para la posterior alimentación del ganado. En el caso del ensilado de maíz, se cosecha y se pica (al mismo tiempo) en el momento adecuado, con el objetivo de que mantenga entre un 60% y 70% de su humedad.
Posteriormente, en función de la situación del ensilado, se puede extender y apisonar, o almacenar en bolsas, tanques cilíndricos o silos.
El tamaño del picado del forraje es un factor importante para conseguir una mayor calidad en el producto final, por lo que si la humedad del forraje está por debajo del 55%, es recomendable picarlo más fino.
La correcta fermentación del maíz forrajero es una de las bases para conseguir un buen forraje, por ello es determinante que el proceso de fermentación comience cuanto antes con el fin de preservar una mayor cantidad de nutrientes. De este modo, una vez que el maíz es cosechado y picado, y posee la humedad precisa, se recomienda cosechar y almacenar lo más rápido posible, porque si respira demasiado, las pérdidas de calidad pueden ser mayores.
El objetivo es alcanzar pronto un pH suficientemente bajo para evitar el desarrollo de otras bacterias que provoquen fermentaciones indeseables y deterioren la calidad del silo.
Propiedades nutricionales
Como alimentación, el ensilado de maíz posee un elevado valor energético procedente de dos fuentes principales: el rastrojo, (que es digerible entre un 40-80%) y la mazorca de maíz, (que se digiere al 100%). Conjuntamente generan ácidos grasos volátiles como glucosas y favorecen el contenido de proteínas y lactosa (azúcar de la leche), componentes imprescindibles para los animales de producción láctea.
Sin embargo, el ensilado de maíz es un alimento bajo en proteínas y en minerales, por lo que en ocasiones se aconseja añadirle otros aportes que equilibren dichas carencias.
Maíz forrajero
En el maíz forrajero, el grano es la parte que aporta un mejor y mayor valor alimenticio, por lo que hay que buscar variedades que puedan aportar la máxima producción de grano y mantenerlo en las mejores condiciones posibles.
La superficie de maíz sembrada en España en 2023 ha sido de, casi, unas 253.000 hectáreas de cultivo, 64.000 menos que en 2022 y 100.000 menos que en 2021. Sin embargo, el maíz destinado a grano ha sido el que más ha descendido, ya que el dirigido a forrajes incluso a aumentado.
Galicia es la región más importante en el cultivo de maíz para forraje, con 18.000 hectáreas destinadas a este cultivo en 2023, una cifra que supera a las de campañas anteriores, a pesar de la sequía.
De esta forma, el ensilado de maíz forrajero se convierte en una una excelente opción para garantizar la alimentación del ganado, más si cabe en épocas de incertidumbre como la actual, en la que la sequía es una constante y los precios de los piensos continúan altos por la invasión de Rusia a Ucrania.
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