Que el papel del sector ganadero en la economía española es destacado no lo pone en duda nadie. El ministro Luis Planas señaló en 2020 que el valor de la producción ganadera superó los 20.200 millones de euros y en 2022 alcanzó casi los 25.494 millones de euros. Esto supone entre el 35 y 40% de la producción total agraria, y en algunas zonas como Extremadura significa más del 45%.
Por otra parte, los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación arroja en el primer trimestre de este año la cifra de 885.200 activos (personas ocupadas y paradas) en el sector primario. La comparación de estos mismos datos con años anteriores, sugieren que la fuerza laboral necesaria en el sector va disminuyendo. Si medimos la evolución del empleo en puestos de trabajo equivalentes a jornada completa la caída interanual se puede redondear al 9%.
Es cierto que la tecnificación ha colaborado a aumentar la productividad por persona, –un claro ejemplo es el ordeño mecánico, implantado en la práctica totalidad de las granjas lecheras–. Sin embargo, estos avances no han eliminado dos problemas acuciantes: encontrar mano de obra cualificada para trabajar en las granjas y asegurar el relevo generacional.
En un extenso estudio sobre las necesidades de la juventud en el mundo rural se deduce que los jóvenes encuentran dificultades para acceder al emprendimiento en ganadería, a la financiación y al conocimiento. El mismo estudio detecta una falta de disponibilidad de servicios e infraestructuras adecuadas.
En los últimos 15 años la media de incorporación de jóvenes al mundo rural (agricultura y ganadería) es algo más de 2.900 personas por año, pero con una gran brecha de género ya que aproximadamente el 72% de los jóvenes incorporados son hombres. En el año 2022 las mujeres empleadas en actividades agrícolas, ganaderas y silvicultoras era solo del 1,9% de la población activa femenina.
Para el sector es muy importante atraer trabajadores jóvenes y esto implica comprender a las nuevas generaciones nacidas a partir de 1980: la generación Z y los millenials.
¿Qué es lo que pide un trabajador joven? ¿lo pueden ofrecer los empresarios ganaderos?
Para estas nuevas generaciones es importante que el trabajo tenga sentido y para ellos cambiar de empresa es algo normal, incluso necesario en su desarrollo profesional. Por lo tanto, cualquier factor que colabore a retener a los trabajadores es decisivo para mantener al equipo.
Es fácil caer en el tópico de pensar que el trabajo en las granjas se desarrolla como hace años. Esto ha hecho arrastrar hasta hoy una consideración social negativa. Lo cierto es que la tecnificación en la ganadería está transformando significativamente las tareas en este sector.
Una enumeración de las tareas clave de la granja sería lo siguiente:
Manejo, gestión y observación de los animales durante todo su ciclo productivo. Para eso hay que aplicar amplios conocimientos de comportamiento animal y de prevención y detección de enfermedades.
Alimentación, cada vez más tecnificada con sistemas automatizados de distribución de alimentos. Incluye el almacenamiento y conservación del pienso, forrajes y ensilados.
Salud y bienestar animal. Para esta tarea se implementan dispositivos de seguimiento que alertan de posibles cambios en el estado de salud de los animales.
Gestión de la reproducción. Incluyendo la detección de los celos.
Higiene y limpieza. Con medios mecanizados.
Gestión de la sostenibilidad ambiental de la granja, subrayando la gestión ecológica de los estiércoles con tecnologías para su procesamiento y reciclaje.
Ordeño en granjas lecheras, con sistemas de ordeño mecanizados o robotizados, y monitorización de la calidad de la leche con dispositivos bastante sofisticados.
Gestión y análisis de los datos y la trazabilidad, programas de gestión integral de la granja.
Esta lista refleja la realidad actual: un trabajo cada vez más tecnificado, con horarios definidos, donde son necesarias habilidades y competencias diversas, y comprometido con la sostenibilidad.
Además, los aspirantes tienen que saber que en las granjas que funcionan bien se emplean protocolos de trabajo que implican a los trabajadores para lograr buenos resultados, ya que permiten asignar las tareas de forma que encajen mejor con cada trabajador y clarifican lo que se espera en cada puesto. Los llamados SOP (Standard Operating Procedures – Procedimientos Normalizados de Trabajo) garantizan el control del trabajo y definen cualquier detalle. Cuando se llevan a cabo de forma adecuada y completa el trabajo se desarrolla de forma colaborativa y contribuyen enormemente a la satisfacción de todo el equipo.
En una granja con las tareas y horarios definidos, ¿por qué sigue siendo tan difícil encontrar mano de obra cualificada?
Es necesario tener en cuenta los factores sociales y culturales que contribuyen a esta situación:
Desconocimiento por parte de las generaciones jóvenes del trabajo en la granja. Existe la percepción de que es un trabajo físicamente muy exigente y en condiciones difíciles.
En el sistema educativo los jóvenes no reciben información, no están expuestos a la realidad ganadera como para que la consideren una opción para su futuro profesional.
Los jóvenes se inclinan a trabajar en entornos tecnológicos y la ganadería tarde en adoptar las innovaciones.
Se tiene también la percepción de que los sueldos son bajos y existen pocas oportunidades de progreso profesional en comparación con otras profesiones.
El hándicap que supone para muchas personas vivir en el medio rural, más alejado de las ciudades.
Además, la oferta formativa ganadera no se hace visible y se circunscribe en muchas ocasiones solo al entorno rural, donde hay pocos jóvenes.
Si no se promueven programas de formación adecuados y accesibles, la entrada de trabajadores se va a ver limitada. Es conveniente que los jóvenes estén al tanto de las habilidades y conocimientos necesarios para desarrollar una carrera profesional en ganadería.
Algunos programas que se ofrecen desde las instituciones y entidades:
Programa CULTIVA, con estancias en explotaciones modelos. Se aborda la planificación y gestión de las granjas y el uso de tecnologías digitales.
Técnico Superior en Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal, FP ofrecida por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, con duración de 2000 horas.
Técnico en Explotaciones Ganaderas: También ofrecido por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes y con la misma duración que el anterior, está dirigido a aquellos interesados en organizar y gestionar explotaciones familiares agrarias.
Cursos de Ganadería de Euroinnova: ofrece una variedad de cursos online en el ámbito de la ganadería.
Estos cursos tratan de responder a las necesidades de contenidos formativo que actualmente giran en torno a los siguientes temas:
El uso de nuevas tecnologías y herramientas digitales.
El uso sostenible de los recursos.
Habilidades transversales de gestión: técnicas de comunicación en la empresa, trabajo en equipo, riesgos laborales, estrategias de cooperación, tramitación administrativa, etc.
No podemos olvidar la propia formación de los titulares de la explotación para que puedan realizar una gestión exitosa del personal. Generalmente se trata de profesionales con una gran experiencia y una alta cualificación técnica, pero que no están tan preparados para la gestión y comunicación con los equipos.
En primer lugar, hay que decidir si se necesita un empleado con experiencia o sin ella, para moldearlo a la forma de trabajar en la granja. En algunos casos se necesitará una persona con experiencia concreta en algunas tareas.
En cualquier caso, hay que anotar la formación o competencias mínimas imprescindibles para el puesto.
Una vez anotado este punto, es conveniente hacer un listado de las “otras competencias” deseables en el puesto: conducir los vehículos de trabajo en la granja, tener habilidades como mecánico o poseer algún tipo de conocimiento o experiencia en asistencia a los animales pueden ser capacidades que pueden ayudar a decidirse entre varios candidatos.
El siguiente paso es elaborar una oferta de trabajo adaptada, que recoja los conocimientos que se necesitan, y los demás requisitos: horario, salario, turnos, tareas, etc. No hay que olvidar el idioma, que puede representar un hándicap para una comunicación fluida. Es mejor redactar una oferta lo más completa posible. Después se publica solo los datos necesarios y el resto se reserva para la entrevista.
Las ofertas de trabajo se pueden difundir en las poblaciones próximas a la granja y en los diferentes portales de internet. Algunos de los más conocidos son:
Una vez que se han seleccionado a los candidatos procede la realización de una entrevista de trabajo para conocer de primera mano las aptitudes y la actitud de la persona ante el puesto de trabajo. Es importante en la entrevista dejar hablar al trabajador y valorar su interés y las preguntas que plantea.
El sector ganadero se enfrenta a un desafío significativo en lo que respecta a la contratación y retención de los trabajadores. Su solución pasará por estrategias que incluyan campañas de comunicación de la modernización del sector, que lo harán más atractivo para los jóvenes, mejoras laborales, planes de formación y, también, políticas ordenadas de inmigración que permitan disponer de trabajadores extranjeros cualificados.