Zoonosis causada por Coxiella burnetii

Coxiella burnetii es la bacteria causante de la fiebra Q, una zoonosis profesional

La fiebre Q es una enfermedad causada por la bacteria Coxiella burnetii, que afecta a muchas especies de animales, entre ellos los rumiantes, y a las personas. Se considera una zoonosis profesional, ya que la gran mayoría de casos se dan en ganaderos, operarios de las explotaciones o veterinarios al ocuparse de animales infectados, o en empleados de matadero al manejar canales y tejidos contaminados.

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La fiebre Q, una zoonosis supercontagiosa

Coxiella burnetii es una bacteria Gram – intracelular que necesita ser captada por las células del sistema inmune llamadas macrófagos para activarse y reproducirse. Se trata de un microorganismo muy particular, ya que es capaz de cambiar su forma, tamaño y características para adaptarse al ambiente. Puede presentarse en fase I, más virulenta, capaz de reproducirse en los macrófagos, y en fase II, característica de la fase crónica; independientemente de estas fases, también puede estar en forma de célula grande, mayoritaria en la primera semana de infección dentro del individuo, para posteriormente transformarse en célula pequeña, que puede infectar otras células o excretarse al medio en forma de pseudoesporas muy resistentes al calor y a la desecación, que permiten su supervivencia al aire libre durante largos periodos de tiempo.

La bacteria entra en el individuo por vía nasal u oral, y los macrófagos de defensa presentes en los pulmones y en la mucosa oral la captan para destruirla, pero fracasan y la bacteria se empieza a multiplicar. Estos macrófagos infectados se dirigen entonces a los nódulos linfáticos, donde hay muchas más células inmunitarias, y la bacteria se multiplica e invade estas células. Después, a través de la sangre se disemina por el resto del organismo, llegando en mayor medida a los pulmones, el hígado, otros linfonodos, la glándula mamaria, el útero y la placenta en hembras gestantes y los testículos en los machos, causando lesiones. En personas, es particularmente problemático cuando se dirige a las paredes internas del corazón, ya que causa una endocarditis infecciosa, muy grave.

ciclo de Coxiella burnetii causante de fiebre Q en el ganado, las garrapatas y las personas.

El ganado puede infectarse de Coxiella burnetii por aspiración o ingestión de pseudoesporas resistentes de la bacteria o a través de la picadura de una garrapata portadora. Las personas se infectan fundamentalmente mediante la aspiración de bacterias al asistir en el parto de una vaca infectada.

 

Los animales infectados por Coxiella burnetii diseminan esta bacteria en su leche, heces y con la tos, y sobre todo en los tejidos asociados a abortos o partos (en el propio feto, en la placenta, en el líquido amniótico). La inhalación de 1 a 10 pseudoesporas es suficiente para contagiarse, por lo que se recomienda el uso de equipos de protección individual (mascarillas, guantes, etc.). Las personas también pueden infectarse al ingerir leche sin pasteurizar procedente de un animal infectado.

La época de partos, cuando más bacterias se excretan, es clave a la hora de impedir que el patógeno se extienda por la explotación e infecte a las personas que entran en contacto con estos animales y sus desechos. La tendencia en Europa es que sea precisamente en los meses de parición en los que hay más casos en personas.

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Los casos de fiebre Q en personas siguen una distribución anual, produciéndose un pico de casos en los meses de primavera-verano, cuando ocurre el mayor número de partos. Fuente: adaptado de ECDC

 

En un 50% de las personas infectadas causa síntomas similares a una neumonía o una gripe, con fiebre alta, dolores de cabeza y musculares, dolor de garganta y pecho… Los síntomas duran 1-2 semanas y se pueden tratar con antibióticos. La forma crónica es de más larga duración y causa fatiga duradera y posible muerte por endocarditis en un pequeño porcentaje de los casos. A pesar de los síntomas, el ser humano no excreta la bacteria, por lo que no existe la transmisión entre personas.

Cómo es esta enfermedad en el ganado

Los rumiantes en su mayoría se contagian de coxiella burnetii por vía aérea, a través de un animal portador, de pseudoesporas presentes en vehículos o materiales de otra granja, transportadas por el aire, etc. es muy difícil impedir que entre en la explotación. En extensivo también se pueden contagiar a través de garrapatas procedentes de animales silvestres infestados.

En la mayoría de los casos, en rumiantes esta enfermedad es crónica y no causa síntomas, pero si la hembra está preñada en el momento de la infección puede causar abortos, nacimiento de mortinatos, debilidad de la madre y la cría… Estos signos también ocurren en los casos crónicos, ya que la bacteria se reactiva con la gestación, el parto y cuando existe una bajada de defensas.

Además de su elevada capacidad de supervivencia y contagio, otro problema a la hora de controlar esta enfermedad es la dificultad para diagnosticar los casos crónicos. Estos animales pueden no producir anticuerpos, pero sí excretar la bacteria, por lo que la técnica de diagnóstico habitual (ELISA), que detecta anticuerpos, genera falsos negativos. En caso de haber un brote de abortos en la explotación sí que hay anticuerpos en los tejidos, y mediante PCR también se pueden encontrar bacterias. Para obtener una imagen global del estado de una explotación lechera se puede analizar la leche del tanque: un resultado ELISA positivo representa que un 5-10% de los animales tienen la enfermedad o son portadores de la bacteria.

Existe una vacuna inactivada registrada en España para bovino y caprino, que ayuda a prevenir que animales no infectados y no gestantes se conviertan en excretores. Esto quiere decir que no evita que estos animales se infecten, pero sí disminuye la cantidad de bacterias que son capaces de diseminar, y con ello la probabilidad de contagiar a otros. Además, en el caprino disminuye el riesgo de abortos causados por Coxiella burnetii. En caso de brote se recomienda vacunar cuanto antes a todos los animales antes de que se infecten más, y lo ideal sería vacunar antes de que aparezcan brotes y repetir cada año.

Actualidad de las medidas de control

Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la fiebre Q es una enfermedad de declaración obligatoria, y está en el grupo B de la lista de agentes potenciales de bioterrorismo. Los datos más recientes del ECDC (Centro Europeo para el Control de Enfermedades) muestran un total de 958 casos en personas declarados en el año 2019 en Europa, 332 de los cuales se registraron en España. Francia y Alemania son los siguientes en el podio, con 155 y 148 casos declarados respectivamente.

coxiella burnetii mapa

Fuente: adaptado de ECDC

 

En animales, a pesar de ser también de declaración obligatoria, no hay datos oficiales de prevalencia. Según estudios realizados en los últimos 15 años, la incidencia de animales con anticuerpos frente a C. burnetii oscila entre un 6% y un 39% en el ganado vacuno español, datos similares a los obtenidos en otros países de Europa.

El programa de vigilancia y control de la fiebre Q en España propone medidas de control y protocolos de actuación, no de obligado cumplimiento, ya que, como se ha visto, es realmente difícil controlar la entrada y salida de esta bacteria en una explotación, y una vez que aparece, es muy difícil eliminarla. Se distinguen tres categorías de explotaciones, en función de los resultados laboratoriales y la observación de síntomas: establecimiento positivo, establecimiento dudoso y establecimiento negativo.

Las normas a aplicar en cada categoría y las recomendaciones sanitarias se pueden consultar en el programa. Entre ellas destacamos la prohibición a los rebaños positivos de acceder a campos de pastoreo comunitario, la recomendación de vacunar la retirada de tejidos de abortos y partos, donde se halla la mayor concentración de bacterias, y la limpieza y desinfección exhaustivas de las zonas de partos.

No debemos descuidar su vigilancia y control. En la semana en que se redacta este artículo, se han detectado 8 casos en personas en el Principado de Asturias.

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