Las cornadizas para vacas, ideadas inicialmente como medida de separación física entre las vacas y el alimento, han demostrado ser unas excelentes aliadas en el manejo de estos grandes animales, especialmente en explotaciones con un elevado número de cabezas.
Las cornadizas son barreras de separación entre las vacas y el alimento, que esencialmente sirven para evitar que los animales jueguen con él, coman selectivamente y caminen sobre la zona donde se encuentra la comida y la ensucien. Esta separación de áreas se puede lograr de la forma más sencilla, con barras horizontales fijas que impidan el paso al animal, o de formas más complejas, que tienen la ventaja añadida de atrapar al animal cómodamente si así lo deseamos.
La posibilidad de retener a las vacas en una situación no estresante como es la alimentación permite llevar a cabo labores ganaderas y veterinarias con mínimo esfuerzo de manejo. Por ejemplo, se puede aprovechar para realizar exploraciones, palpaciones, ecografías para diagnóstico de celo o gestación, aplicación de tratamientos, vacunas y productos antiparasitarios… Además, también desplaza a los animales de la zona de descanso para poder limpiarla sin impedimentos. Conviene realizar estas labores justo tras la distribución del alimento, para que las vacas estén distraídas y minimizar el estrés, y sin prolongar la retención más de 4 horas.
Esta gran ventaja, que convierte el manejo de las vacas en algo mucho más fácil y eficiente, ha hecho que las cornadizas se conviertan en imprescindibles en las explotaciones bovinas.
Las cornadizas que delimitan un espacio individual también permiten reducir la longitud de comedero para cada animal, aprovechando mejor el espacio disponible. Impiden que las vacas se muevan, se estiren, se inclinen e invadan las zonas aledañas, mientras que las barras horizontales fijas sí permiten estos movimientos. Por este motivo, el espacio recomendado para cada animal adulto es de unos 70 cm en el caso de las cornadizas individuales, y de 80 cm en el caso de las barras horizontales fijas. Hay que contar, además, con uno o varios huecos para el paso de personas, que debe ser al menos de 35 cm de ancho.
En esta explotación tienen cornadizas con barra horizontal simple, a las que se ha añadido un collar que permite amarrar a las vacas para facilitar su manejo. Este tipo de instalación requiere más espacio de comedero por cada animal.
Los tamaños de las cornadizas para vacas variarán, pero en general la barra superior tiene que tener una altura equivalente al 85% de la altura del animal, por lo que si es una explotación de cebo no será lo mismo que si es de machos o si es de hembras adultas o de novillas, y no será igual para razas de alzadas diferentes. Para vacas adultas Holstein se suele colocar a 1,15 - 1,25 m de altura. La distancia entre la barra superior y la inferior debe ser de al menos 90 cm, y el murete separador no debe llegar a tocar la barra inferior. Este murete tiene que ser lo bastante alto para que la comida no se salga, pero no tanto como para que sea incómodo para la vaca y no alcance bien el alimento.
En su mayoría son de acero inoxidable y fabricados con barras tubulares cilíndricas, sin superficies planas, para impedir que se deposite en ellas la suciedad y el alimento.
Las medidas de las cornadizas varían según la edad y raza del animal y según el diseño de la propia cornadiza, pero los valores estándares mínimos para vacas adultas Holstein son los que se muestran en la imagen. También se puede observar el funcionamiento de la cornmadiza, cómo se desplaza la barra móvil cuando está la vaca comiendo respecto a su posición cuando está vacía.
Hay varios aspectos a tener en cuenta a la hora de seleccionar un tipo u otro de cornadiza para vacas. Un punto importante es si queremos que sean inclinadas o rectas. La inclinación hacia el pasillo de la barra superior respecto de la barra inferior formando un ángulo de 10-20 º permite a la vaca alcanzar alimento más lejano, incrementando el aprovechamiento del mismo y la cantidad ingerida, y disminuyendo las lesiones por presión que se infligen los animales contra las barras al estirarse para intentar alcanzar el alimento. A pesar de sus ventajas, si el pasillo de distribución es estrecho puede que la maquinaria no quepa y choque con la barra superior, por lo que en estos casos no hay otra alternativa que dejar las cornadizas rectas.
Podemos distinguir las cornadizas que tienen un sistema de bloqueo automático y las que no. La mayoría de las que se compran hoy en día son autobloqueantes, y tienen un seguro secundario que permite desbloquear al animal si se cae y no puede salir, y hay multitud de diseños. Las cornadizas sin sistema de bloqueo suelen ser antiguas, o en explotaciones con un pequeño número de cabezas. Dentro de ellas las hay de barras horizontales, verticales o diagonales y tipo festón sin bloqueo. Las cornadizas de tipo festón, sin barra superior, son idóneas para animales con cuernos, ya que pueden acceder al comedero sin obstáculos, independientemente de su anchura.
Las cornadizas modernas autobloqueantes tienen un sistema manual para bloquear y desbloquear todas a la vez, y cada puesto individualmente. Lo ideal es que todas las partes estén fabricadas con tubos cilíndricos para que no se deposite suciedad y comida.