Chlamydophila abortus, es la causa infecciosa más común de aborto en ovejas (aborto enzoótico ovino u OEA) y caprino en Europa y provoca pérdidas significativas para la industria ganadera en todo el mundo. (1) Las ovejas y cabras adultas se infectan como resultado del contacto con corrales de parto o pastos contaminados por membranas y secreciones fetales infectadas. No se observan signos clínicos en animales no preñados y no es hasta una gestación posterior cuando abortan, normalmente en las últimas semanas de gestación (2).
Partiendo de las características mencionadas anteriormente y que estamos ante una enfermedad endémica en los rebaños donde permanece de manera latente mucho tiempo en los animales (3), podemos entender o ponerle explicación a la oleada de abortos que está sufriendo la cabaña ganadera de ovino en lo que llevamos de año y donde en el 51% de los casos hay implicación de Chlamydia abortus. (Base de datos de diagnósticos Servicio Reproplus de Ceva salud Animal S.A.)
Ciclo biológico de la Chlamydia abortus
Chlamydia abortus es un agente bacteriano intracelular, es decir, todo su ciclo se desarrolla dentro de las células de las ovejas y cabras. Una vez se ha desarrollado y multiplicado dentro de la célula, sale para colonizar diferentes órganos del animal, pulmón, hígado, bazo, intestinos y principalmente placentas de ovejas y cabras gestantes. Debido a esta colonización de la placenta se producen los abortos en los pequeños rumiantes, y en ese momento es cuando podemos combatirla mediante antibioterapia (oxitetraciclinas). Cualquier otro momento que no sea la colonización de las placentas, el uso de antibiótico se desaconseja debido a su característica intracelular, ya que, los antibióticos como las oxitetraciclinas no actúan intracelularmente.
Por este motivo desde hace años se desarrollaron las vacunas frente a Chlamydia abortus, para poder combatir la enfermedad de manera preventiva.
En el desarrollo de su ciclo intracelular, se pueden dar procesos inflamatorios controlados por citoquinas como INF-γ, que hacen que la chlamydia se mantenga de forma latente en la célula del tejido linfoide. En este caso, el animal no muestra ningún signo clínico hasta las últimas semanas de gestación, cuando desaparecerían los efectos de INF-γ, dando lugar a posibles fallos reproductivos. (3, 4)
Transmisión de la enfermedad y consideración de rebaño endémico
La principal vía de contagio de chlamydia es oronasal, mayormente se produce cuando un animal aborta y expulsa al medio placentas, envolturas fetales y descargas vaginales. El suelo, alimentos y aguas se contaminan con millones de bacterias que son expulsadas en estos anejos y mediante vía oral el resto del rebaño se van contagiando.
No es hasta pasado los 90 días de gestación cuando empiezan observarse cambios patológicos en el animal, por tanto, los abortos que vemos al comienzo de una paridera no provienen del contagio que se está produciendo en ese momento, si no, que son animales infectados en parideras u oleadas de abortos anteriores. (5)
La tasa de abortos en los rebaños según su estatus de infección va a depender si la enfermedad se encuentra de manera endémica o no. Un rebaño endémicamente infectado tiene una tasa de abortos del 10%; sin en cambio, cuando un rebaño es infectado recientemente sin tener contacto con anterioridad con la enfermedad, la tasa de abortos llega al 30% y 60% en ovino y caprino respectivamente. (6)
Tratamiento y control de la enfermedad.
El tratamiento de una oleada de abortos puede usarse oxitetraciclina en el momento que observamos los abortos, ya que evitaremos posibles infecciones de los animales abortados y eliminamos todas las bacterias de chlamydias que se encuentre fuera de la célula colonizando los diferentes órganos, en especial la placenta. Aunque no debemos confiar en la antibioterapia como solución al problema reproductivo, ya que ha quedado demostrado que no corta la excreción de bacterias al medio por parte del animal, lo que conlleva que siga existiendo una circulación de la chlamydia en el rebaño y no reduce el nacimiento de corderos débiles y con bajo peso. (7)
También se ha descrito en publicaciones científicas, que la inmunidad humoral (es decir la generada por vacunas inactivadas) no es suficiente para inducir una protección eficaz tras la infección por Chlamydia abortus. (9)
Por tanto, el control de la enfermedad pasa por la prevención mediante el uso de vacuna atenuada de Chlamydia abortus cepa 1B (Cevac Chlamydophila®). Se ha demostrado en numerosas publicaciones que ha día de hoy es la vacuna que más disminuye la excreción de la bacteria y más disminuye los signos clínicos de la enfermedad. Su uso cómodo y práctico por el manejo de una única administración ofrece una inmunidad de más de 3 gestaciones en los animales, lo cual nos lleva a un protocolo de actuación donde en cuestión de un año podemos tener controlada la enfermedad en el rebaño. (8)
Hay que hacer referencia a la característica descrita anteriormente sobre la latencia de la enfermedad en los pequeños rumiantes. Debemos aclarar que, si el proceso de la enfermedad perdura una vez vacunados los animales, debemos volver a vacunar de nuevo el rebaño. (8)
No se puede olvidar un pilar importante de la prevención de entradas de enfermedades a las granjas, la bioseguridad. La bioseguridad junto con el protocolo vacunal de la vacuna atenuada (Cevac Chlamydophila®) son las medidas de control más eficaces que podemos implantar en los rebaños de pequeños rumiantes para controlar Chlamydia abortus. (3,7)
Bibliografía:
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M.R. Caro, A.J. Buendía , L. Del Rio, N. Ortega, M.C. Gallego, F. Cuello, J.A. Navarro, J. Sanchez, J. Salinas. Chlamydophila abortus infection in the mouse: A useful model of the ovine disease.
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Entrican, G., Buxton, D., Longbottom, D., 2001. Chlamydial infection insheep: immune control versus fetal pathology. J. R. Soc. Med. 94, 273–277.
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Entrican G, Wattegedera S, Wheelhouse N, Allan A, Rocchi M. Immunological paradigms and the pathogenesis of ovine chlamydial abortion. Am J Reprod Immunol. (2010)
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Dean et al., 2000
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G. Entrican, D. Buxton, D. Longbottom, 2001. Chlamydial infection in sheep: immune control versus fetal pathology
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Rodolakis A, Salinas J, Papp J. Recent advances on ovine chlamydial abortion. Vet Res. (1998)
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RODOLAKIS, A. & SOURIAU, A. (1980) Efficacy of a long-acting oxytetracycline against chlamydial ovine abortion.Annales de Recherche Vétérinaire
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Chalmers WS, Simpson J, Lee SJ, Baxendale W. Use of a live chlamydial vaccine to prevent ovine enzootic abortion. Vet Rec. (1997)
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McCafferty, 1990
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Acerca del autor
Javier Acosta Ledesma
Licenciado en Veterinaria por la Universidad de Extremadura, ha trabajado durante 5 años como veterinario de ADS y clínica de animales de compañía. Los últimos 9 años ha desarrollado su profesión en Ceva Salud Animal primero como responsable de zona en el sur de España y actualmente como técnico de pequeños rumiantes a nivel nacional. Su pasión siempre ha sido cuidar a los animales de granja y todo lo relacionado con el sector cinegético.
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