Juntos, más allá de la salud animal

¿Cómo afecta la brucelosis ovina?

Escrito por Javier Acosta Ledesma | Jun 17, 2022 3:35:00 PM

La brucelosis ovina es una enfermedad zoonótica de Declaración Obligatoria del ganado ovino (y caprino) erradicada hoy en día en España, gracias a planes de control y erradicación que llevan décadas en marcha. Generalmente es causada por la bacteria Brucella melitensis, aunque también la pueden producir otras bacterias de este género.

Los abortos son la principal señal

Brucella melitensis es un patógeno muy contagioso presente sobre todo en explotaciones ovinas y caprinas de leche. Sus mayores consecuencias para el ganado son los fallos reproductivos: disminuye la fertilidad, en gestaciones avanzadas aumenta el riesgo de retención placentaria y nacimiento de mortinatos y en gestaciones tempranas provoca el aborto. Las hembras infectadas pueden volver a quedar gestantes más adelante y ya no abortarán, pero seguirán diseminando bacterias en partos posteriores y podrán contagiar a otras ovejas del rebaño.

La mayor cantidad de bacterias se expulsa al medio con los líquidos fetales y en los tejidos del feto abortado, y estas pueden sobrevivir en el exterior durante meses si están protegidas del sol, el calor y la desecación. Otros animales se infectarán principalmente por vía oral al tener contacto con estos restos o al lamer a la hembra afectada.

Una zoonosis muy contagiosa y grave

La brucelosis ovina se trata de una enfermedad zoonótica, es decir, que puede afectar a las personas, especialmente Brucella melitensis es la que más frecuentemente infecta al ser humano. Se considera una zoonosis profesional, ya que los individuos más expuestos son aquellos ganaderos, veterinarios o personal de matadero que manipulen tejidos infectados, debido a que la bacteria puede penetrar por heridas en la piel. Por otra parte, también se puede contraer la enfermedad al beber leche cruda infectada no tratada térmicamente, y en los laboratorios de diagnóstico al manipular muestras y cultivos.

El diagnóstico laboratorial definitivo de la brucelosis ovina se realiza mediante el cultivo de las bacterias en una placa de Petri, como la que se ve en la imagen. Este trabajo, junto con la manipulación de muestras, tiene un elevado riesgo de contagio.

 

En las personas esta bacteria causa síntomas muy variados, como fiebre, dolor de cabeza, debilidad generalizada, sudores y escalofríos y pérdida de peso. También puede afectar a órganos concretos, como el hígado, el cerebro, el corazón, las articulaciones o las vértebras, causando lesiones de la columna a largo plazo, más graves cuanto más se retrase el tratamiento.

Si se trata a tiempo con antibióticos durante 45 días se puede resolver, pero pueden quedar secuelas, y no es infrecuente que queden bacterias “escondidas” que se pueden reactivar con el tiempo. En animales el tratamiento está prohibido, en caso de un brote se sacrifica a todos los animales de la explotación (vacío sanitario), se indemniza al ganadero y se desinfecta la granja.

En España ya está oficialmente erradicada desde 2021

Los programas de control de la brucelosis ovina se iniciaron en 1976, con medidas de prevención basadas en la vacunación. La instauración de las medidas no tuvo mucho éxito y los resultados fueron mejorando muy lentamente, hasta la segunda mitad de la década del 2000, cuando la mejoría fue muy notable y ha continuado hasta el día de hoy.

La prevalencia de brucelosis ovina y caprina en animales ha descendido espectacularmente desde 2007 a 2019, gracias al programa de control y erradicación. En 2021 ya todas las provincias eran Oficialmente Indemnes según los requisitos europeos. Fuente: MAPA.

 

Los rebaños se clasifican de la siguiente manera, siguiendo un criterio de presencia o ausencia de casos y de si se vacuna o no:

  • M1: rebaños en los que se desconoce su situación.
  • M2+: presencia de casos positivos.
  • M2-: rebaño negativo en su totalidad en un muestreo.
  • M3 (“Indemne”): rebaño negativo en su totalidad en dos o más muestreos; se vacuna a la reposición.
  • M4 (“Oficialmente Indemne”): rebaño negativo en su totalidad y que hace al menos dos años que no se vacuna.
  • MS: estatus suspendido por la aparición de un caso positivo pendiente de confirmación.

Para lograr el estatus de “Oficialmente Indemne” se prohibió hace unos 15 años la vacunación frente a B. melitensis en las provincias en las que todos los rebaños tenían estatus M3, y progresivamente esta norma se extendió al resto de España. En el año 2021 ya lograron este estatus todas las provincias, y se puede considerar que España es un país libre de brucelosis ovina. Se puede consultar el plan de erradicación actualizado del año 2022 aquí, que se centra en el mantenimiento de esta calificación sanitaria.

La brucelosis ovina es una enfermedad de Declaración Obligatoria de la OIE (Organización Mundial de Salud Animal), de la que se deriva la legislación europea y nacional, por lo que todos los casos positivos se deben notificar al Estado español, a la Unión Europea y a la OIE. Los casos de brucelosis en humanos también hay que notificarlos.

También de Declaración Obligatoria son otras dos enfermedades de esta familia, la epididimitis contagiosa del carnero, causada por Brucella ovis, que cursa principalmente con problemas testiculares en los machos ovinos y no es zoonótica; y por otra parte la brucelosis bovina, causada por Brucella abortus, que sí es zoonótica y tiene su propio programa de erradicación.