La basquilla de las cabras es una enfermedad infecciosa, pero no contagiosa. Está causada por una bacteria productora de toxinas que lesionan los órganos vitales. También afecta a las ovejas.
La basquilla de las cabras es un tipo de enterotoxemia, que aparece cuando una cepa de una bacteria llamada Clostridium perfringens se multiplica rápidamente en el aparato digestivo y libera una toxina. Esta toxina se absorbe en la circulación sanguínea y afecta a los órganos internos.
Las cabras y cabritos sufren basquilla si se dan algunas circunstancias que favorecen este sobrecrecimiento de bacterias y su producción de toxinas:
Los brotes más frecuentes de basquilla en cabras aparecen de forma súbita en pocas horas y afecta a casi todos los animales sensibles del rebaño. Los síntomas típicos en las cabras y cabritos con basquilla son los siguientes:
La basquilla ocurre de forma tan rápida, que en la mayoría de los casos no da tiempo a percibir los síntomas y solo se encuentran las cabras muertas. Aunque los nuevos casos de basquilla que aparecen en cada temporada son muy escasos (2-8%), la mortalidad es muy alta, cercana al 100%. Existen pocos casos que padecen síntomas leves, como diarrea y recuperación en pocos días en cabras más resistentes.
La toxina destruye los tejidos de múltiples órganos, en especial el hígado, los pulmones, el cerebro y los riñones. Por el aspecto que tienen en la necropsia los riñones de los animales muertos, también se conoce a la basquilla como enfermedad del riñón pulposo.
Las enterotoxemias de las cabras están causadas por diferentes cepas de Clostridium perfringens, que afectan de manera distinta a cada grupo de animales:
Hay una proporción de casos, un 37%, que tiene una infección mixta con los tipos A y D de Clostridium perfringens. Por eso, para tomar medidas preventivas, es más eficaz tener a ambas en cuenta.
Las enterotoxemias se producen en rebaños de cabras y de ovejas por todo el mundo, y causan enormes pérdidas económicas. Las bacterias Clostridium forman parte de la flora intestinal normal de las cabras y, por eso, se encuentran en todos los animales, en el estiércol, en el suelo y en las instalaciones.
Contaminan el suelode forma constante porque forman esporas y son capaces de sobrevivir durante años. Suponen un riesgo continuo para las cabras en las explotaciones, especialmente en pastoreo. Por ello, la medida más eficaz de prevención es lavacunación. Los tratamientos no suelen ser eficaces, y no da tiempo a aplicarlos. Se recomienda mantener unas medidas higiénicas adecuadas en las instalaciones y evitar cambios bruscos en la dieta.
Como las que realmente causan la basquilla son las toxinas, las vacunas incluyen una forma inactivada: los toxoides. Las vacunas más recomendadas frente a la basquilla son las que incluyen toxoides de Clostridium perfringens A y D, que son las más frecuentes y afectan a los cabritos jóvenes. También se recomiendan ambos tipos porque se ha observado que muchas de las infecciones son mixtas.
Se vacunan los cabritos a partir de las 2 semanas de edad, y se refuerzan con otra dosis a las 2 semanas de la primera aplicación. Sin embargo, si sus madres ya fueron vacunadas hay que esperar a que los anticuerpos recibidos a través del calostro dejen de estar presentes en la sangre. Así, se vacunan los cabritos a partir de las 8 semanas de edad, con una dosis de refuerzo pasadas 2 semanas. Las cabras adultas se vacunan antes del parto, con dos dosis separadas 4 semanas, para que estén protegidas y transmitan inmunidad a sus cabritos a través del calostro.